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El modelo educativo chino en la academia cubana

Fecha de lanzamiento: 17 de abril de 2025

El Seminario sobre la Modernización al Estilo Chino, organizado el pasado 14 de abril por la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno de Cuba (ESCEG) y la Embajada de China en La Habana, devino en espacio de entendimiento entre las canteras de profesionales de la política de ambos países.

Un grupo selecto de especialistas cubanos fue designado para reunirse con los representantes chinos, en busca de la cooperación bilateral. Según Zhang Laiming, viceministro del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China, las ventajas de su modelo económico que Cuba debería copiar están dadas por cinco dimensiones fundamentales: construcción económica, gestión política, cultura y valores, dimensión social y civilización ecológica.

Para afianzar sus relaciones con uno de sus principales socios comerciales, se organizó el Seminario sobre la Modernización al Estilo Chino en la Escuela Superior de Cuadros del Estado y del Gobierno. (Fotos tomadas de @Cubames).

Al respecto, Mercedes Delgado, rectora de la ESCEG, declaró a la agencia de noticias china Xinhua que, para Cuba el conocimiento del modelo social chino es una herramienta importante en tanto acerca a la construcción del socialismo ideal. 

“Ambos países desarrollan proyectos conjuntos que contribuyen a la modernización y al bienestar de nuestros pueblos, como los que se mencionaron hoy en los sectores minero-energético, las comunicaciones, la transformación digital, y los de la industria biofarmacéutica y la salud", resaltó

El Ministerio de Educación Superior (MES), por su parte, celebró en su perfil de X esta aproximación. “La @esceg11 desarrolló el Seminario "Modernización al estilo chino" resultado de los encuentros bilaterales que han sostenido desde el 2018 con el Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China (DRC)”, resaltó el organismo estatal.

Una vez más, el Ministerio de Educación Superior cubano, funge como aliado clave del Gobierno cubano, en tanto legitima científicamente las aspiracionnes políticas del Estado. (Foto tomada de @Cubames).

Y es que, apenas el pasado mes de marzo, el Doctor en Ciencias Reynaldo Velázquez Zaldívar, viceministro del MES, informó de la inminente apertura de una universidad conjunta entre China y Cuba. 

La Universidad de Estudios Internacionales de Hebei se convertirá en la sede de la nueva “alianza académica” entre ambos países, primera de este tipo. Asimismo, el especialista cubano puntualizó la necesidad de ampliar la cooperación académica con China, país que ofrece a la Isla un programa con 200 becas. 

De acuerdo con su descripción, los estudiantes cubanos becados en China tienen acceso a centros de estudio de primer nivel, especializados fundamentalmente en áreas como “las tecnologías disruptivas, la Industria 4.0, la robótica, la inteligencia artificial, los nuevos materiales, y la nueva tecnología, entre otras”.

Debemos recordar que la cooperación educativa entre Cuba y China ha venido afianzándose durante décadas. Sin dudas, uno de sus hitos más significativos se materializó en 2023, cuando ambas naciones constituyeron el Instituto Internacional de Investigaciones sobre Inteligencia Artificial en la ciudad china de Hibei. Por la parte cubana, lidera el proyecto la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz”, de Camagüey. 

Además, la casa de altos estudios de la ciudad china mantiene convenios de colaboración con la Universidad de las Artes (ISA), la Universidad de Oriente (UO) y la Universidad de La Habana (UH). 

El entreguismo de la educación cubana a socios estratégicos de influencia perniciosa para la concreción de la libertad académica en la Isla, responde a un nuevo proceso que la cúpula dirigente cubana impulsa bajo la denominación de “internacionalización de la educación superior cubana”. 

Bajo este eslogan, las universidades cubanas se mantienen en un limbo colaborativo que pende entre China y Rusia: ambos países, sobresalientes censores de la libertad académica. 

Por consiguiente, el acercamiento al modelo educativo chino, constituye una señal clara de alarma en tanto este se basa en el adoctrinamiento más estricto, que no admite críticas al sistema socialista. 

En el año 2020, el Partido Comunista Chino (PCCH) se dio a la tarea de desmantelar la autonomía universitaria en la Universidad de Hong Kong, uno de los centros educativos más antiguos y prestigiosos del país.

Luego de años implementando el terror en la comunidad universitaria -incluyendo una cacería de brujas que conllevó al despido injustificado y la expulsión de varios profesores y alumnos que se mostraron a favor de la democracia en el país-, en 2020 el Gobierno chino promulgó la Ley de Seguridad Nacional, con una terminología ambigua que limita la libertad de expresión en el campus universitario.

“Esta ley es para castigar a un reducido número de criminales que seriamente ponen en peligro la seguridad nacional, una espada afilada que cuelga sobre sus cabezas y servirá para disuadir a las fuerzas externas que se entrometen en Hong Kong”, dijo Zhang Xiaoming, un director adjunto de la oficina del Gobierno chino central para Hong Kong. Esta afirmación, se asemeja ya bastante al discurso oficial cubano, ¿o viceversa?

Y es que, mediante esa disposición legal, la emisión de un comentario considerado desacertado, sería suficiente para llevar al responsable a la China continental, donde sería juzgado y se le impondría una severa pena de cárcel que podría ser, incluso, cadena perpetua. 

“Los cuatro delitos principales previstos por la ley -separatismo, subversión, terrorismo y colusión con potencias extranjeras- se formulan de manera ambigua y otorgan poder extenso a las autoridades para atacar a activistas que critican al partido”, sostiene el medio de prensa Infobae.

Al respecto, la Organización No Gubernamental (ONG) Hong Kong Whatch, registró varios despidos injustificados, campañas de descrédito, bloqueos de ascensos y la imposición de funcionarios afines al gobierno en puestos de dirección de la sede educativa durante el año 2018. Más recientemente, el diario The Economist describió el clima de autocensura que limitó la libertad académica en la universidad y que, por ende, cambió toda la dinámica de esta. 

Por supuesto, el clima de tensión generado conllevó a la dimisión de varios profesores y la autocensura de otros. “Numerosos profesores han decidido dejar de dar clases sobre China. Uno de ellos dijo estar nervioso de abordar temas como la revolución estadounidense, en caso que una conversación sobre democracia pueda ser usada como excusa para achacarle un delito”, detalla el artículo de The Economist

Con todas las universidades chinas bajo su control, el PCCH se lanzó en el proceso de “robustecimiento” del sistema educativo, proyectado para aplicarse entre 2025-2035, y con el cual el país asiático busca posicionarse como potencia educativa en el mundo. 

No obstante, las autoridades han señalado como principales ejes de dicho programa, “el firme liderazgo ideológico y político, la competitividad en talentos, el apuntalamiento científico y tecnológico, el bienestar de la población, la sinergia social y la influencia internacional”.

Basados en este estricto control, el Gobierno chino pretende, al menos en materia de educación superior, convertirse en objetivo para miles de jóvenes alrededor del mundo. En este empeño, buscan la alianza con universidades de todos los países, especialmente interesados en lograr la movilidad de estudiantes hacia ese territorio.

Vale destacar que, quienes viajen a China como parte de un programa de intercambio, deberán formarse bajo los preceptos del Partido Comunista, organización de masas que, como en Cuba, abarca todas y cada una de las esferas de la vida del pueblo chino. 

Por este motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la celebración del Seminario sobre la Modernización al Estilo Chino, evento con un aparente carácter científico, pero en el que subyace la supeditación de la academia cubana al modelo educativo del país asiático. 

Y es que, el intercambio académico entre ambas naciones, representa un paso más en la aspiración del Estado cubano que, incapaz de proveer estándares adecuados de vida para sus ciudadanos, apuesta por afianzar su alianza con sus principales socios: China y Rusia, aunque esto signifique el sometimiento de la academia cubana.

A la par, la mutación al modelo chino de enseñanza en Cuba resulta contraproducente, en tanto este se encuentra marcado por la hegemonía del Partido Comunista en detrimento de la investigación científica y la colaboración académica. 

Consideramos que el sistema educativo cubano ya se encuentra sesgado por aspectos lacerantes como la discriminación por motivos ideológicos, así como por la cancelación y el hostigamiento al pensamiento diferente. Estos males podrían agravarse de materializarse el apego definitivo al modelo chino.

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