
Militarización de la universidad en Cuba: enfoque guerrerista como “internacionalismo”
Fecha de lanzamiento: 14 de abril de 2025
El pasado 11 de abril terminó el XXXI Taller de Enseñanza Patriótico Militar Internacionalista de la región central, celebrado en la Universidad “Máximo Gómez Báez” de Ciego de Ávila (UNICA).


El taller celebrado en la Universidad de Ciego de Ávila se inserta en un esquema que busca dotar el adoctrinamiento militar de un marco científico. (Foto tomada del perfil de X del Ministerio de Educación Superior de Cuba).
Semejante encuentro, que reunió a 114 estudiantes y 59 profesores de las distintas universidades de la región, tuvo su propia edición en la región oriental entre los días 18 y 20 de marzo pasado.
Según la convocatoria del mismo, su objetivo es promover el trabajo investigativo de las líneas relacionadas con la Defensa Nacional, profundizar en el estudio de la vida y obra de Fidel Castro, así como en las acciones combativas de la Guerra de Liberación Nacional y la obra de la Revolución durante sus primeros cinco años.
De esta manera, los delegados pudieron presentar sus ponencias en temáticas afines, entre las que destacan “La Guerra de Todo el Pueblo. Papel de la universidad cubana actual; El cambio de política del gobierno de los Estados Unidos y su impacto en la seguridad y la defensa nacional o El concepto fidelista de Revolución y su importancia para la seguridad y la defensa nacional de Cuba”.
Además, para el evento de clausura fueron invitados niños de las primeras enseñanzas de la provincia, quienes fueron instruidos en las principales temáticas ideológicas del encuentro.

Para la clausura del evento, fueron invitados alumnos de las primeras enseñanzas de la educación, quienes fueron instruidos en las principales temáticas impartidas en el taller. (Foto tomada del perfil de X del Ministerio de Educación Superior).
El taller, se desarrolló como parte del recrudecimiento de la política doctrinal del Estado cubano, que ha constatado como se extiende la falta de confiabilidad en su gestión, sobre todo en las nuevas generaciones.
Esta voluntad doctrinal del estamento político actual ha quedado de manifiesto en disímiles ocasiones. Apenas en diciembre pasado, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, aprovechó su comparecencia en la Asamblea Nacional del Poder Popular, con motivo de la discusión del Anteproyecto del Código de la Niñez y la Adolescencia.
Desde allí fue tajante respecto a la carga de “valores revolucionarios” que debe imponerse a las nuevas generaciones ante el debilitamiento del control ideológico en la Isla. “Aquí estamos hablando del presente y el futuro del país, de un código que tiene que proteger, pero también preparar para la vida, preparar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que puedan desarrollar todas sus capacidades en favor de la Revolución”, expresó.
La afirmación, encierra todo un entramado doctrinario, mediante el cual el mandatario pidió a las organizaciones políticas juveniles asumir el liderazgo “con un lenguaje desenfadado, que llegue a los jóvenes, y a la vez desde una altura de lo culto -que no significa elitismo”.
Asimismo, estos deberán insistir en el estudio sistemático de la teoría marxista entre los estudiantes. Esta adhesión forzada a las ideas socialistas deberá hacerse de maneras novedosa, resaltando “su encanto” y evitando que sea evidente de adoctrinamiento.
Por otra parte, vale destacar el carácter “internacionalista” del taller, que redimensiona el alcance del mismo. Y es que Cuba se ha caracterizado por el envío de efectivos militares a conflictos bélicos en otras naciones, disfrazando su injerencia de cooperación internacional.
Durante la guerra de Angola (1975-1991), 377 033 cubanos fueron enviados a ese país africano, la mayoría, en cumplimiento del servicio militar. Aunque las cifras oficiales recuentan poco más de dos mil bajas por parte de las tropas de la Isla, numerosas fuentes históricas apuntan a la inviabilidad de que estos registros sean reales.
Más recientemente, Cuba ha sido pilar en el “rediseño de las Fuerzas Armadas Venezolanas”, emprendido hace al menos dos décadas. En el año 2019, Reuters realizó una investigación basada en dos acuerdos de cooperación en materia de seguridad, firmados en mayo de 2008.
De acuerdo con el material publicado por la agencia, ambos convenios sirvieron de marco legal “a la imposición de una estricta vigilancia de las tropas venezolanas a través de un servicio de inteligencia, ahora conocido como la Dirección General de Contrainteligencia Militar, o DGCIM”.
Igualmente, reportes ciudadanos dejaron constancia mediante videos de la presencia de efectivos cubanos como parte del aparato represivo en el país suramericano durante las protestas antigubernamentales de julio de 2024.
Acaso el episodio más alarmante se suscitó cuando el mundo supo que había soldados cubanos dentro del ejército ruso en la invasión a Ucrania.
Los cubanos en el país europeo fueron reclutados mediante engaños, y su salida del país fue tramitada de forma expedita. Aun así, el Gobierno cubano se desligó del caso en medio de la condena internacional, asegurando no tener conocimiento del tema.
"El Ministerio del Interior detectó y trabaja en la neutralización y desarticulación de una red de tráfico de personas que opera desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados, e incluso algunos procedentes de Cuba, a las fuerzas militares que participan en operaciones bélicas en Ucrania", señaló la nota oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX).
De igual modo el texto, explica que "se han neutralizado intentos de esta naturaleza y se han iniciado procesos penales sobre personas involucradas en estas actividades". A la par, se culpa a los “enemigos de la Revolución” de difundir esta información mal intencionada contra Cuba.
No obstante, el Gobierno cubano ha evitado referirse al destino del funcionario ruso Vladímir Shkunov, principal representante de la Oficina Regional de Ulyanovsk de la Sociedad Rusa de la Amistad con Cuba, que forma parte del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP); y quien fuera identificado por varios jóvenes como el reclutador de cubanos para luchar en Ucrania.

Vladímir Shkunov fue identificado como uno de los reclutadores de jóvenes cubanos, a quienes enviaba a Rusia para incorporare a las filas militares de ese país en su invasión a Ucrania. Este mismo funcionario trabajó de conjunto con la Universidad de La Habana en la producción de clases de idioma ruso televisadas y, por ende, tuvo amplísimo acceso a los estudiantes de esa institución. (Foto tomada del perfil de Facebook de Vladímir Shkunov).
Shkunov había lanzado en el grupo de Facebook “Rusia para cubanos” Una convocatoria destinada a cubanos “para trabajos de construcción”. Según una investigación del medio independiente Cubanet, ocho jóvenes reconocieron haber contactado con el representante ruso, quien prometió sacarlos a Rusia de manera expedita, garantizando que estos no tuvieran problemas con la aduana de ese país.
Ese esquema de reclutamiento ha sido reconocido por varios como el utilizado por Rusia para atraer a jóvenes cubanos que, a su llegada al país, fueron despojados de sus documentos y enviados a las primeras líneas de combate.
Se trata del mismo funcionario que promovió la implementación de las clases de idioma ruso en la televisión cubana, iniciativa de pronta implementación. Además, participó en varias actividades en la Universidad de La Habana, durante las cuales tuvo pleno acceso a los estudiantes.
Por lo antes expuesto, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la implementación del XXXI Taller de Enseñanza Patriótico Militar Internacionalista.
Este, representa un intento más del Gobierno cubano por legitimar el adoctrinamiento como parte de la producción de conocimiento científico en la Isla. En este caso, el Ministerio de Educación Superior funge como un aliado inestimable.
Consideramos que la preparación militar con pretendida vocación internacionalista compromete el futuro de los estudiantes cubanos, en tanto los convierte en la controvertida “reserva militar” del Estado, haciéndolos idóneos para ser enviados a misiones civiles o militares a conveniencia de los propósitos políticos del Gobierno cubano o de sus aliados estratégicos. Sobran antecedentes históricos que avalan esta afirmación.
Una vez más, instamos al MES al apego estricto a su misión social, que incluye garantizar la educación de calidad para los estudiantes cubanos, con miras al desarrollo profesional de los recursos humanos que incidirían en el buen funcionamiento del país.
En concordancia, convocamos a organizaciones y organismos direccionados a la defensa del derecho a la educación, puntualmente a la UNESCO, a que revisen sus metodologías de seguimiento del sistema educacional en Cuba, entendemos que este está en franca contradicción con los presupuestos conceptuales de la entidad para el caso, la cual declara que promueve la educación para la paz y la no violencia. Apuntamos que Cuba no es un país en guerra, por lo que no es objeto de ninguna agresión militar en su territorio nacional, así como tampoco ha declarado la guerra a otro Estado.