
Colegio Universitario de Medicina: fracaso anunciado
Fecha de lanzamiento: 8 de abril de 2025
El tres de abril pasado, la Universidad de Ciencias Médicas de la provincia de Holguín (UCMHo) anunció la próxima apertura del Colegio Universitario para aquellos estudiantes que deseen cursar estudios superiores en Medicina y Enfermería.
De acuerdo con las informaciones previas, “la Casa de Altos Estudios nutrirá su colegio con estudiantes que hoy cursan el onceno grado y reúnen los requisitos de tener un índice académico superior a los 90 puntos (correspondiente a su 10mo grado y al primer semestre de 11no), estar física y mentalmente aptos y, en el caso de quienes se decanten por la enfermería, no ser alérgicos a la penicilina”, destaca Radio Angulo.
Esta experiencia piloto, implementada en La Habana desde mayo pasado, permitirá que los 130 jóvenes seleccionados no cumplimenten exámenes de ingreso a la Educación Superior pues, una vez rebasados los contenidos correspondientes al duodécimo grado, se les otorgará la carrera de manera directa.

La Universidad de Ciencias Médicas de Holguín se centrará en la difusión de la convocatoria y el reforzamiento de la formación vocacional de los estudiantes. (Captura de pantalla del perfil de Facebook de la UCMHo).
La puesta en práctica de esta medida, cumple con la estrategia del Ministerio de Educación Superior cubano que busca ampliar la matrícula, en su afán de lograr el compromiso político ideológico de la juventud, a la par que engrosa las cifras de universitarios de cara a la estadística exportable.
Apenas el dos de abril, esa entidad presentó el balance de actividades correspondiente al año 2024, así como las proyecciones para este 2025, ante la cúpula mayor del Partido Comunista de Cuba (PCC).
El miembro del Buró Político y Primer Ministro, Manuel Marrero Cruz, destacó como uno de los principales retos la formación de “profesionales comprometidos con la Revolución”. Para conseguirlo, hizo especial hincapié en la importancia de las organizaciones políticas en las universidades. De esta manera, pidió a la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) y a la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba (UJC) arreciar el trabajo político-ideológico con los estudiantes.
“El desafío mayor que tiene la educación superior cubana en estos tiempos, es entregarle al país graduados con cualidades y valores que les permita participar activa, crítica y constructivamente en el proyecto socialista que defendemos, con alta calificación en su desempeño profesional, responsabilidad ética, social y ambiental”, agregó al respecto.
Sin embargo, la experiencia muestra que los colegios universitarios no han contribuido a elevar en gran cuantía la formación académica de los estudiantes. Muy por el contrario, constituyen apenas una herramienta para la concreción del control ideológico de los mismos.
En 2022, las autoridades cubanas anunciaron la creación del Colegio Universitario de Periodismo, como única alternativa de ingreso a la carrera. Sin embargo, un año más tarde, Miriam Rodríguez Ojeda, profesora de la Facultad de Comunicación encargada de atender el Colegio de la Universidad de La Habana, detalló que allí no se solucionan los vacíos de conocimiento que, generalmente, arrastran los egresados de educación media superior.
“Los estudiantes que en estos momentos están en el 1er año de Periodismo coinciden con aquellos que realizaron las pruebas de aptitud por la variante anterior (en 12mo grado) para acceder a la universidad. Por parte del claustro de profesores se constata que no presentan diferencias significativas al incorporarse a la carrera”, declaró a Cubadebate.
No obstante, la inminente apertura del Colegio Universitario en Holguín, que se extiende a esta provincia sin mostrar resultados efectivos en la capital, tiene una causa concreta. Evidentemente, Cuba necesita suplir la estampida masiva de profesionales de la salud, garantizando así la continuidad de las controvertidas misiones médicas.


Con la creación de Colegios Universitarios de Medicina, el Estado cubano pretende preparar especialistas en las diferentes áreas de la salud capaces de incorporarse a las controvertidas misiones médicas. (Foto tomada de X: @MINSAPma).
La exportación de servicios médicos es acaso el negocio más lucrativo del gobierno de La Habana. El 23 de mayo de 1963, Cuba envió una delegación compuesta por 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la salud, con destino a Argelia.
Ese fue el punto de partida para más de cinco décadas de “misiones internacionalistas”. Durante años, Fidel Castro pudo manipular la opinión pública internacional, alegando que la exportación de galenos a varias partes del mundo obedecía a un principio altruista de la Revolución.
A pesar del excelente marketing de estas transacciones comerciales de recursos humanos, recientemente han emanado los testimonios de varios miembros de estas misiones, quienes han dejado claro el trasfondo de las mismas: control de los profesionales en el extranjero por parte del aparato represivo de La Habana y, por supuesto, condiciones de semi esclavitud del personal sanitario.
Aun en plena pandemia de Covid-19 -que destapó la precariedad del sistema sanitario cubano-, el Estado priorizó las “misiones médicas”, vendiendo sus galenos al mejor postor mientras la necesidad de insumos y personal crecía al interior de los hospitales. En la actualidad se desconocen las cifras reales de fallecidos en Cuba debido a la manipulación de los dictámenes de las necropsias.
En otro orden, el éxodo masivo agudizado desde el año 2022 y mediante el cual más de 850 mil cubanos han abandonado el país, ha mermado, por supuesto, la disponibilidad de personal sanitario. A la par, las pésimas condiciones salariales y la escasez de insumos básicos y especializados, ha hecho que muchos profesionales del ramo abandonen el sector en busca de trabajos mejor remunerados.
Por consiguiente, casi 43 mil médicos causaron baja del Ministerio de Salud Pública hasta 2023, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Si bien no existen cifras actualizadas, el recrudecimiento de la crisis en el país permite pensar que la brecha continúe creciendo.
En tal sentido, la creación del Colegio Universitario se presenta con un objetivo muy claro: masificar el estudio de Medicina para así mantener la venta de servicios profesionales, aun cuando esto pueda comprometer la calidad de la preparación de los futuros médicos y enfermeros.
El 6 de noviembre de 2019, la Relatora Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, incluidas sus causas y consecuencias; y la Relatora Especial sobre la trata de personas, especialmente mujeres y niños; enviaron una carta al Estado cubano exigiendo cuentas respecto a las misiones médicas, luego de las denuncias sobre trabajo forzado que recibió el organismo.
Entre las principales preocupaciones de la ONU figuran las extensas jornadas laborales impuestas a los profesionales en el extranjero, el control estricto de la movilidad de estos por parte de las fuerzas represivas del Gobierno cubano insertadas en la “misiones”, la remuneración recibida por el personal médico y su contraste con las cuantiosas sumas percibidas por el Estado, derivadas de los servicios de sus colaboradores; la omisión de contratos de trabajo en los países de destino, así como la violencia psicológica y, en muchas ocasiones, sexual que han sufrido las féminas.
“Si un profesional decide retirarse del trabajo en el exterior, se califica como “abandono de misión de trabajadores civiles” bajo del Código Penal de Cuba que en su artículo 135 (1) estipula que “el funcionario o empleado encargado de cumplir alguna misión en un país extranjero que la abandone, o, cumplida ésta, o requerido en cualquier momento para que regrese, se niegue, expresa o tácitamente, a hacerlo, incurre en sanción de privación de libertad de tres a ocho años”. Las mismas sanciones son aplicadas a profesionales que después de cumplir una misión en el extranjero deciden establecerse en otro país. Como consecuencia, muchas familias están separadas, lo cual tiene un fuerte impacto negativo en su bienestar. Los médicos considerados desertores no están autorizados de regresar a Cuba durante ocho años y los familiares que permanecen en Cuba estarían sujetos a señalamientos y repercusiones por parte de entidades gubernamentales. Según anunció el vicepresidente del Consejo de Estado de Ministros, Roberto Morales Ojeda en febrero de 2019, el retorno de los médicos que se quedaron en Brasil desde la descontinuación del programa Mais Médicos está autorizado; pero en la práctica muchos de los profesionales afectados temen represalias si vuelven a Cuba”, describió la entidad.
Esta es solo la primera denuncia que la ONU cursa respecto a Cuba en este particular. Cada vez las condenas a las “misiones médicas cubanas” como forma de esclavitud se extienden más en la comunidad internacional. A pesar de ello, el Gobierno cubano continúa haciendo oídos sordos, confiando en la fidelidad de sus socios comerciales.
La organización no gubernamental Prisioners Defenders (PD), realizó las denuncias contra el Estado cubano, aportando un total de 1402 declaraciones juradas de ex miembros de misiones médicas. Estos, detallaron pormenorizadamente las condiciones en las que permanecían, haciendo hincapié en la vigilancia más absoluta como medio de control gubernamental.

A partir de la información recabada por Prisioners Defenders, la ONU pudo establecer que Cuba pagaba a sus profesionales salarios incompatibles con las condiciones mínimas de subsistencia en sus lugares de destino. En cambio, el Estado recibía entre el 50 y 80 por ciento de los emolumentos derivados de su labor. (Foto tomada de la página web de PD).
Así, relataron la obligatoriedad de comunicar a su superior inmediato aspectos de su vida privada como el inicio de una relación sentimental, prohibida cuando se trataba de un extranjero, la voluntad de contraer matrimonio o la visita de un familiar al territorio donde se prestaban servicios.
En enero del pasado año, la ONU volvió a remitir al Estado cubano una nueva comunicación, en la cual pudo ser más específica luego de analizados los documentos presentados por PD.
“…muchas de las preocupaciones señaladas en la comunicación anterior persisten (…) abusos de los derechos fundamentales, incluido el derecho a la intimidad, la libertad, la libertad de expresión y asociación, y la libertad de circulación de las y los profesionales cubanos en programas y misiones de migración temporal en países contratantes”, establece el documento.
Posteriormente, la organización enumeró una serie de violaciones a las libertades individuales: la cláusula de regreso obligatorio a la Isla, el pago de honorarios al Partido Comunista de Cuba, el impedimento de obtener la residencia para los profesionales cubanos, la obligación de dar a luz en Cuba, y la falsificación de varios contratos, en tanto estos fueron rubricados por mandatarios cubanos, y no por la persona contratada.
“Las condiciones de trabajo a las que trabajadores de diferentes categorías profesionales estarían sujetos podrían elevarse a trabajo forzoso, según los indicadores de trabajo forzoso establecidos por la Organización Internacional de Trabajo (...) El trabajo forzoso constituye una forma contemporánea de esclavitud”, concluyó la Relatoría.
Atendiendo a las pruebas aportadas, entre 2014 y 2021, Cuba ingresó unos seis mil millones de dólares en concepto de “colaboración médica”. Esto, supera unas 14 veces los ingresos derivados del turismo, convirtiendo la explotación de profesionales de la salud en el ingreso más lucrativo del país.
“Cuba, por tanto, está ejerciendo el capitalismo esclavista de Estado con motivos exclusivamente económicos, gracias a la extracción de los salarios de los profesionales, la peor lacra de la humanidad que el ser humano debió haber dejado atrás tras el negro recuerdo de siglos pasados, donde numerosos estados, como Corea del Norte y Cuba ahora, ejercían la esclavitud y trabajo forzoso de manera institucional”, alega Prisioners Defenders.

Asimismo, las cifras oficiales permitieron establecer que los ingresos por misiones en el exterior se ha convertido en la principal fuente de ingresos del Estado cubano. Ante la profundidad de las investigaciones, el Gobierno de la Isla dejó de hacer públicos estos registros. (Foto tomada de la página web de PD)
Esa ONG, tuvo acceso exclusivo a la respuesta de la parte cubana al organismo internacional, con un considerable retraso de 20 días. Grosso modo, Cuba defendió la legitimidad de sus misiones médicas y calificó las denuncias en su contra como un argumento infundado, cuyo objetivo es socavar la integridad de la Isla ante organismos internacionales.
“Son totalmente falsas e infundadas las alegaciones de amenazas hacia colaboradores cubanos, en especial de presuntos acosos sexuales por parte de funcionarios estatales en los países de destino”, expone la respuesta cubana. Vale aclarar que la postura asumida por el Gobierno cubano fue negar las acusaciones, mas no adjuntó ningún documento probatorio al respecto.
Entre los socios comerciales de Cuba implicados en esta nueva acusación, se encuentran España, Italia y Catar, cuyos gobiernos tampoco remitieron en plazo la respuesta formal respecto al asunto.
Mostrando una actitud más coherente, la condena al accionar del Estado cubano ha sido respaldada con dureza en el Parlamento Europeo, cuya Vicepresidenta, Dita Charanzová, calificó de “violaciones muy graves” el caso denunciado por civiles cubanos en varias partes del mundo.
“Una vez más se evidencia que el régimen cubano viola sistemática e impunemente los derechos humanos de su pueblo. Desde el Parlamento Europeo debemos apoyar este esfuerzo de las Naciones Unidas y Prisoners Defenders y seguir muy de cerca el caso”, dijo.
Cuba, por su parte, ha apelado a la incondicionalidad de algunos socios comerciales, alegando ser víctimas de un complot orquestado por los Estados Unidos que busca desestabilizar su Gobierno.
En el artículo Los médicos cubanos y las mentiras de Marco Rubio, publicado el pasado 28 de marzo, el medio oficialista Cubadebate no solo calumnia formalmente al Secretario de Estado norteamericano, sino que se hace eco de las cada vez más escasas muestras de apoyo internacional que el país ha recibido respecto a las misiones.
“El Gobierno de Estados Unidos pretende sabotear estas misiones médicas en el extranjero, mediante la intimidación, y privar así a Cuba de una de sus principales fuentes de ingresos en un momento crítico para la economía nacional”, expone el material periodístico.
El discurso oficial insiste en culpar a Rubio de encabezar una cruzada contra la integridad del pueblo cubano. La intransigencia gubernamental llega a acusarlo de enconar odio contra Cuba, al ser hijo de cubanos emigrados.
Para soportar sus alegaciones, la parte cubana ha citado a socios comerciales en la región, entre ellos los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom). “Países como Guyana, Belice, Santa Lucía, Saint Kitts y Nevis, Barbados, San Vicente y las Granadinas, han advertido que, sin el personal sanitario cubano, sus sistemas de salud colapsarían”, sostiene Cubadebate.
La defensa de la comunidad caribeña, constituye apenas un intento desesperado de estos gobiernos por depurar sus responsabilidades como partes actuantes en una relación comercial mantenida bajo secretismo estricto, y cuyas implicaciones en materia de Derechos Humanos tienen un alto coste que ellos, como socios, también deberán saldar.
Convenientemente, el discurso gubernamental cubano evita mencionar las críticas de la Comunidad Europea, la ONU y algunos países latinoamericanos. Y es que, hace apenas tres días, Paraguay anunció la rescisión del memorando sanitario que mantenía con Cuba, paralizando la contratación de sanitarios en ese país, firmada apenas en el mes de enero pasado.
Por su parte, el Parlamento Europeo introdujo la enmienda número 311, en la cual se declara a las “misiones médicas cubanas” como una forma de esclavitud moderna.
El eurodiputado español Antonio López-Istúriz White, impulsor de la resolución, celebró en su perfil de X la decisión parlamentaria. “Las condiciones de exportación de sanitarios cubanos infringen el art. 5 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, que prohíbe el trabajo forzado u obligatorio; además del art. 4 del Convenio para la Protección de los DDHH y de los Convenios de la OIT de los que Cuba es también firmante”, insistió.
Contrario a pronunciarse respecto al tema, el Gobierno cubano insiste en adoptar medidas para masificar la formación de médicos en el país, confiados en su capacidad para restablecer su prestigio ante la comunidad internacional y, por ende, mantener su negocio ultrajante. Las posibilidades de que esto ocurra parecen nulas.
Por este motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la apertura inminente del Colegio Universitario en la ciudad de Holguín. Experiencias anteriores dan cuenta del recrudecimiento de la agenda político-ideológica en estos centros, mas no de una preparación académica rigurosamente superior a la que se imparte en la enseñanza general.
Vale apuntar que la flexibilización del acceso a la educación superior en Cuba ha mostrado ser un problema y es que, aun con la eliminación de la obligatoriedad de presentarse a los exámenes de ingreso, el MES no ha podido constatar mejorías significativas en el acceso a la universidad que, el pasado año, se mantuvo a un 82 % de lo previsto.
Se trata de una estrategia que busca preparar de manera emergente a miles de profesionales de la salud, los cuales serán sumados al esquema de esclavitud en que el Gobierno cubano mantiene a sus galenos. Así, se pasa por alto el hecho de que la prevalencia de este esquema es inviable dada la condena de la comunidad internacional, que exige a Cuba asumir la responsabilidad civil contraída con las víctimas y poner fin definitivamente a sus mal llamadas misiones médicas.
Instamos a la comunidad internacional a mantenerse firme en su reclamo al Estado cubano. A la par, conminamos al Ministerio de Educación Superior cubano, y a sus especialistas, al cese de su instrumentación político-económica, lo que implicaría el apego a su cometido social desde la responsabilidad ética e histórica con el devenir de la nación.