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Nueva víctima de discriminación en la escuela cubana: Dieter Pupo Santana

Fecha de lanzamiento: 26 de marzo de 2025

El 14 de marzo pasado, el estudiante de primer año de Enfermería Hugh Dieter Pupo Santana, vio truncado su proyecto vocacional. Hijo del ex preso político Samuel Pupo Martínez, el adolescente ha sufrido el acoso sistemático en los espacios docentes por mediación del Ministerio del Interior (Minint), dada la condición de prisionero de conciencia de su padre.

El estudiante ha sufrido presiones en el ambiente educativo por la condición de preso de conciencia de su padre, Samuel Pupo. Recientemente, el hostigamiento ha sido una medida punitiva por el activismo familiar. Foto: Cortesía de la familia.

A raíz de la detención de Pupo Martínez, quien durante años ejerció la docencia antes de que la precariedad económica del sector educativo lo decantara por un pequeño negocio por cuenta propia, el joven, apenas en séptimo grado de educación secundaria, debió lidiar con las presiones de la Seguridad del Estado.

El Consejo de Atención a Menores comenzó a monitorearlo desde muy temprana edad. Según el testimonio de su madre, Yuneysi Santana, también víctima de censura en Educación, Dieter nunca tuvo problemas en la institución secundaria, ni en el plano académico ni de conducta.

La profesora de entonces, la tranquilizó diciendo que se trataba de un procedimiento de rutina. Preocupada por su normal desarrollo, la maestra le recordaba cada día: "Dieter, tienes que portarte bien porque menores pregunta por tí todos los meses".

Si bien la madre se presentó en el centro docente, incluso en menores, el acoso no cesó. “Toda la secundaria él supo que menores preguntaba por él. Para los estudiantes, menores es la prisión. Pasó todo ese proceso”, declaró para este observatorio.

Para entonces, Dieter destacaba por su madurez: “Tuvo un cambio brusco en esos tres años, creció muy rápidamente, cogió una fuerza de carácter, se vio obligado a crecer rápido, pendiente al saco de su papá, cuándo era la visita...”.

A la par, se esforzaba por cumplir con estándares meritorios en cuanto a rendimiento docente. Su esfuerzo le permitió ubicarse en el escalafón con 92 puntos de acumulado. No obstante, la selección de continuidad en su camino formativo estuvo atravesada por la marca política impuesta a su familia.

Al terminar la enseñanza secundaria, Hugh Dieter se decidió a estudiar enfermería, destacando por su vocación y habilidades. Foto: cortesía de la familia.

Inicialmente, enfrentó la poca disponibilidad de disciplinas. La madre, víctima de cancelación académica por no renunciar al apoyo a su esposo, no permitió que su hijo siquiera se ilusionara con pertenecer al gremio.

Descartada la vida militar por obvias razones, el joven intentó incorporarse a las escuelas del Grupo Hotelero Gaviota. Yuneisy acudió a una reunión de padres celebrada en la secundaria del adolescente.

Una especialista de la entidad turística fue designada para explicarle a los presentes los beneficios de la carrera. La madre de Dieter interrumpió la reunión para preguntar si la condición de preso politico del padre del menor influiría en alguna medida en que pudiera optar por la carrera.

Aunque la responsable del encuentro explicó que este tema no era relevante, la jefa de grado aconsejó que, para no ilusionar falsamente a Dieter, lo mejor era que ni siquiera se postulase.

Solo Comercio, Enfermería y Control de Vectores quedaban como alternativas. Entre ellas, el adolescente se decidió por la segunda y comenzó a cursarla en la Residencia Estudiantil Gabriela Arias, de Cárdenas.

Desde el comienzo el joven se sintió motivado y destacó, tanto en lo teórico como en las prácticas realizadas en la localidad. Sin embargo, a poco menos de la mitad del curso, la profesora guía empezó a verlo como una molestia.

“De buenas a primeras todo cambió, pasó a ser el peor niño del aula a tal punto de que esta maestra, cuando estaba en su turno de Enfermería, ella decía `Cualquier estudiante me puede preguntar menos Dieter´”.

La escalada de violencia solo pudo ir en aumento: cualquier pretexto era útil para incorporar un acta en el expediente y se reiteraba la amenaza de enviarlo al Consejo de Atención a Menores.

La profesora de Fundamentos de Enfermería, Maricely, se convirtió en el verdugo de Dieter.  Mientras, a título personal, el estudiante acumulaba hitos como haber participado en una importante campaña de vacunación en Cárdenas o ser extra oficialmente el enfermero del barrio, en la escuela el cerco se iba cerrando.

El hostigamiento contra Dieter quedó al descubierto cuando el pasado día 14, la profesora insistió en adjuntar una nueva acta con carácter de advertencia a su expediente. Esta vez, por prestarle su bicicleta a un compañero.

A pesar de que fue este condiscípulo quien incurrió en una falta al circular sobre el vehículo por los pasillos de la escuela, nunca se planteó siquiera la posibilidad de dejar constancia de su amonestación y Maricely insistía en redactar un acta a Dieter por prestar la bicicleta.

Pese a sus resultados, la profesora Maricely hizo cuanto pudo para enrarecer el ambiente escolar en torno a Dieter. Su proceder se volvió tan agresivo que llegó a vetar sus preguntas en clase. Foto: cortesía de la familia.

Ante la mirada atónita de la madre y demás compañeros de estudio, la docente esgrimió como argumentos inculpatorios, el hecho de que “Dieter se movía mucho en su pupitre” durante una clase de tres horas de duración. Todo ello, pese a que el alumno nunca interrumpió el proceso lectivo.

Luego de una acalorada discusión con la profesora, Yuneisy Santana buscó el apoyo de las autoridades de la escuela. La secretaria docente del centro le narró un altercado que había tenido en cierta ocasión con esa misma profesora. Fruto de su experiencia, le aconsejó no enfrentarla a instancias superiores.

“Hice otros trámites en la secretaría, pero me dicen que no hago nada con quejarme con el director de la escuela. La secretaria docente me dice que tuvo una discusión con ella porque esta maestra tiene un carácter difícil, pero el director dice que no tiene maestras y no puede hacer más. La solución es esperar hasta el próximo curso a ver qué carreras quedan”, declaró.

Otra opción sería acudir a la la Dirección Provincial de Educación de Matanzas, instancia a donde la madre confiesa no haber recurrido. El motivo es sencillo: no existe en la zona otra escuela donde el estudiante pueda cursar sus estudios.

“Nos vimos en la necesidad de pedir la baja con mucho dolor en el alma porque a él le gusta la enfermería, pero con estos truenos de que lo van a mandar para menores...”, relata la decepcionada madre.

Desde entonces, Dieter Pupo Santana permanece en casa, privado de la educación y en espera de una subsanación por parte del establecimiento docente. En lugar de la disculpa, debieron enfrentar el cinismo con que el centro rubrica en el expediente docente que se trata de un estudiante con buen recorrido, le otorgan evaluaciones de Muy Bien en la totalidad de los aspectos conductuales a evaluar, y refieren que abandona los estudios por cuestiones migratorias. Destaca que dejan vacío el acápite destinado a plasmar las calificaciones, a pesar de haber cumplimentado un semestre y de que Yuneysy las solicitó.

El expediente académico del menor detalla importantes parámetros de su conducta evaluados de “Muy bien”. Imposibilitados de opacar esta realidad, las autoridades escolares mintieron al achacar el abandono escolar a motivos migratorios. Foto: cortesía de la familia.

Ante  la escandalosa arbitrariedad descrita, en un contexto de impunidad contra un estudiante proveniente de un núcleo familiar bajo hostigamiento de la Seguridad del Estado cubano, el Observatorio de Libertad Academica denuncia la violación del derecho a la educación del Hugh Dieter Pupo Santana, quien ha sido presionado sistemáticamente por una figura de autoridad docente con el fin de hacerlo abandonar sus estudios. Este incidente clasifica como un acto de discriminación al interior del sistema educativo del país, agravado por tratarse de un menor de edad que, sin vínculo escolar, se ubica bajo el radar del Comité Militar para ser llamado a filas del cuestionado Servicio Militar.

 

Consideramos inadmisible el accionar de la profesora que, faltando a sus preceptos como formadora, manifestó un cambio brusco e inexplicable hacia el estudiante, amén de su ética profesional. Asimismo, la inacción de las autoridades superiores del centro expuso al menor a causar baja del sector e interrumpir su ciclo formativo. Instamos al cumplimiento de las funciones correspondientes a la directiva de la Residencia Estudiantil Gabriela Arias para que inicie una investigación de la profesora Maricely, responsable de la disciplina Fundamentos de la Enfermería; según su proceder, debería enfrentar una comisión de ética nombrada para el caso. En consecuencia, demandamos la inmediata reincorporación del estudiante de primer año de Enfermería Hugh Dieter Pupo Santana al plantel, con la finalidad de que culmine debidamente el curso escolar.

Vale destacar que la Residencia Estudiantil Gabriela Arias es un centro educacional de pequeño formato en la localidad de Cárdenas, habilitado para la formación de poco más de un centenar de especialistas en Enfermería. La actual crisis económica que atraviesa el país, hace que cada día sea más alto el volumen de estudiantes que abandonan esta profesión para dedicarse a ocupaciones mejor remuneradas. Esta realidad, hace impensable que pueda someterse la vocación de Dieter Pupo Santana a sesgos ideológicos.

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