Frailes dominicos: el costo ético de volver a la Universidad de La Habana
Fecha de lanzamiento: 25 de junio de 2024
El pasado 23 de mayo se inauguró en el anfiteatro del Centro de Convenciones “Enrique José Varona” de la Universidad de La Habana (UH) el ciclo de conferencias 500 años de la fundación de la Escuela de Salamanca.
Así, el tercer jueves de cada mes, se dictará una conferencia comenzando en junio de 2024 y por espacio de un año, según deja saber la página web del Centro Fray Bartolomé de las Casas (CFBC), institución organizadora del evento junto a las facultades de Derecho y Filosofía, y Sociología e Historia de la UH.
"El curso será totalmente gratuito y contará de las modalidades online y presencial. La modalidad online será una transmisión en vivo de las conferencias presenciales. La modalidad presencial será en la Universidad de La Habana, Cuba.", especifica la información disponible al respecto.
La conferencia inaugural, “Metodología y fundamentos filosóficos de la escuela de Salamanca”, fue impartida el pasado día 20 por el doctor Jelson de Oliveira, quien realizó una introducción de las bases fundacionales de la doctrina.
Como parte del intercambio académico, Oliveira disertó sobre el respeto a los derechos individuales y el sometimiento del poder político al bien común, enfatizando en que "la Justicia puede ser conocida y practicada por todos, existe el derecho internacional, el tema de la guerra justa, toda la humanidad es portadora de dignidad y derechos", describe la página web de Dominicos Hispania.
El centro Fray Bartolomé de las Casas es un espacio educativo guiado por los frailes dominicos, que se erige en la sede del Convento de San Juan de Letrán, en el Vedado. Su misión, según las palabras de su exrector Fray Léster Rafael Zayas Díaz, es la de "acompañar al pueblo desde un ministerio de la verdad, intentamos responder a las necesidades que tiene el pueblo cubano de crecimiento intelectual (...) intentamos dar espacio de tolerancia, de diálogo fundamentalmente con los que piensan diferente tanto política, religiosa como socialmente; sin importar partidos políticos o asociación religiosa", consta en la página web del centro.
El Gobierno cubano, que se distingue por su política de tolerancia cero del disenso -la cual resulta totalmente opuesta a la de los frailes dominicos-, ha permitido, sin embargo, que la Orden ejerza la docencia en Letrán y ha ido un poco más allá, dando un carácter académico de primer nivel a su doctrina.
Desde noviembre de 1961, con la firma de la Ley de Nacionalización de la Enseñanza, los colegios religiosos que operaban en Cuba se vieron despojados de sus permisos para ejercer, así como de los inmuebles donde educaban. Los dominicos no fueron la excepción.
De acuerdo con el artículo Letrán, dominica y católica, publicado por la Arquidiócesis de La Habana, "Con la ayuda de Dios el padre Pepe, confirmando con ello su gran amor a la Iglesia, salvó en 1961 el convento tras ser ocupado por un escuadrón de milicianos en los tensos momentos de la invasión de Playa Girón".
Este incidente no pasó por alto ante el gobierno de Fidel Castro que, en buena medida, limitó la acción de los frailes en el territorio nacional por espacio de veintiún años en los que, a duras penas, pudieron mantener su labor evangelizadora.
En julio de 1980, el fallecido gobernante conoció al fraile dominico brasileño Carlos Alberto Libânio Christo, más conocido como Frei Betto, durante el acto de celebración del primer aniversario de la Revolución Sandinista. Dada la admiración que el religioso mostró por la "revolución cubana" y más específicamente por su líder, este le pidió que viajase a Cuba para acercar las posturas entre la iglesia católica y su proyecto de gobierno.
"(...) en aquel momento las relaciones permanecían muy tensas por más de 10 años. Los obispos estuvieron de acuerdo con mi trabajo, entonces, yo venía entre cuatro y cinco veces al año a La Habana. Ahí Fidel se acercó a mí", declaró el teólogo brasileño para el documental El Fidel que yo conocí. Obviamente, el "restablecimiento" de ciertas libertades a los dominicos tributaba a un plan mayor.
Asimismo, la selección de Frei Betto para esta "tarea unificadora" fue un hecho calculado. El brasileño estuvo desde los primeros años de su juventud afiliado a movimientos izquierdistas en su país, siendo una voz autorizada respecto a la teología de la liberación.
La “novedosa” doctrina
La teología de la liberación es una doctrina religiosa surgida en la década de 1960 en Suramérica, que se ampara en una reinterpretación del Evangelio de Jesucristo en pro de la lucha contra la pobreza, la igualdad de los hombres y la liberación de cada uno de los individuos.
Prima el criterio de que hubo dos eventos que le dieron impulso dentro de la iglesia: el Concilio Vaticano II y la conferencia de Medellín de 1968, de enorme impacto entre los miembros del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
De acuerdo con el sacerdote y teólogo peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de esta doctrina religiosa, la misma, en su concepción primigenia, bebió de la doctrina marxista como ciencia social, pero no debe ser vinculada con el socialismo per se.
"Siempre dije: Soy cristiano por Cristo, no por el socialismo. Que como cristiano alguien haga una opción por el socialismo es otra cosa, pero no puedo deducir el socialismo por el camino de la Biblia. De la Biblia deduzco la opción por la justicia, la opción por el pobre. La gente cuando no entiende esto dice: Oye, pero tú niegas la política, estás del lado contrario. Yo respondo que también creo en la autonomía de lo social y lo político”.
Pese a esto, desde los inicios de esta corriente de pensamiento religioso, se detectaron tres elementos principales que tributan a la perpetuidad de los "oprimidos": la lucha de clases en la cual se debe participar activamente en materia política e ideológica; la utilización del método marxista en la identificación y adhesión evangélica a esta lucha de clases y, por último, la búsqueda de un sistema político superior al capitalismo.
A la par, algunos ex altos miembros del gobierno de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), han reconocido que el germen de la Teología de la Liberación salió expresamente de las oficinas de la KGB, en un intento de fortalecer las ideas marxistas dentro de la comunidad cristiana de América Latina.
Uno de ellos fue Ion Mihai Pacepa, quien declaró a la Agencia Católica de Noticias (CNA, por sus siglas en inglés) que "El nacimiento de la Teología de la Liberación era el intento de un “Programa de Partido-Estado de Dezinformatsiya” super secreto de 1960, aprobado por el presidente de la KGB Aleksandr Shelepin, y por el miembro del Politburó Aleksey Kirichenko, quien coordinó las políticas internacionales del Partido Comunista”.
Según el exagente, este plan debía entregar a la KGB el control del Consejo Mundial de Iglesias (WCC), y a partir de este, impulsar la teología de la liberación como herramienta para fortalecer los movimientos antiimperialistas previamente financiados en Latinoamérica. Esto se conseguiría mediante la instigación a las masas a luchar contra la “violencia institucionalizada de la pobreza”, objetivo que se consiguió durante la Conferencia de Medellín, donde se acuñó oficialmente el nombre para la doctrina.
Esta idea se redondea siguiendo las declaraciones del propio Frei Betto, quien ha llegado a defender públicamente los "derechos" del Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN), alegando que "la izquierda siempre toma las armas en autodefensa y no para atacar si hay una vía democrática”. Asimismo, descalificó las luchas sociales en Venezuela, elogiando la gestión de Nicolás Maduro.
"El socialismo es el nombre político del amor porque se trata de compartir los bienes de la tierra y los frutos del trabajo humano con toda la sociedad, para crear una sola familia, donde todos tengan los mismos derechos y oportunidades", dijo.
Frei Betto y los cubanos
En este ferviente defensor de los pobres destaca su amor por la cúpula. De espaldas al voto de pobreza de los dominicos y durante los más de 40 años en los que ha visitado Cuba, no existen fotografías para dejar constancia del trabajo de Frei Betto con los humildes: no recorre las comunidades más empobrecidas de Cuba o se reúne con los oprimidos que defiende su doctrina, se desconoce la existencia de un programa de acompañamiento solidario con los enfermos, la población penitenciaria u otro grupo social determinado por la miseria.
Muy por el contrario, su labor en Cuba se circunscribe a cenas y eventos -antes con Fidel Castro, ahora con Díaz Canel-, en visitas a embajadas y demás dependencias donde el factor común sea el alto standing. Mientras, se ha atrevido a comparecer en televisión nacional para pedir resistencia al pueblo cubano, engalanando al Estado como pilar de justicia social capaz de aspirar a la soberanía alimentaria, mediante recetas tan ridículas como freír la cáscara de papa a modo de aperitivo.
De él, el académico y laico católico cubano Leonardo Manuel Fernández Otaño recuerda que es alguien "que vive desconectado de la realidad cubana, inclusive de sus propios hermanos dominicos. Es un hombre que cuando viene a La Habana se desplaza en coches de lujo, no visita las comunidades religiosas, y que, como dice aquel versículo bíblico, se pone del lado de los poderosos, olvidándose de los humildes. Es un hombre con una posición penosa y la historia de Cuba lo recordará así", expresó en exclusiva para el Observatorios de Libertad Académica.
Tal vez fue pensando en él que, luego de recibir a las principales voces de esta doctrina -incluyendo a Betto- el Papa Francisco aseguró, en su mensaje a la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), que "no tenían ni idea" de las realidades latinoamericanas.
En su misiva, el Santo Padre recordó la aspiración de los ideólogos de la Teología de la Liberación por reinterpretar el Evangelio desde una visión latinoamericanista. "(...) apareció uno/dos volúmenes, sobre la intuición latinoamericana, sobre la identidad latinoamericana para seguir este camino, y casi el ochenta por ciento de las notas estaba en alemán, no tenían ni la menor idea (...) era una ideologización de lo que es un camino telúrico latinoamericano. Y digo telúrico porque la espiritualidad latinoamericana esta agarrada a la tierra, no se le puede separar", dijo al respecto.
Así, el fraile brasileño de tan controvertido pensamiento ha sido el impulsor de la alianza entre la academia cubana y la Orden de los dominicos. Esto se deduce del momento histórico en que se produce el acercamiento: Frei Betto, quien por demás es Doctor Honoris Causa de la Universidad de La Habana (2015) acaba de ser recibido en Cuba con todos los honores por motivo de la celebración de su cumpleaños 80.
A propósito, la Embajada de Brasil en Cuba organizó en sus dependencias una velada para reconocer los hitos académicos del fraile, a la cual fueron invitados Miguel Díaz-Canel Bermúdez y su esposa Lis Cuesta. En una imagen publicada en Instagram por el actual rector del CFBC, puede vérsele posando junto a Frei Betto, el matrimonio de dirigentes y el profesor Jelson de Oliveira, uno de los profesores del curso.
Este gesto de "familiaridad" entre poder autocrático y autoridades académico-clericales, no es solo incongruente respecto a la misión de la Orden, sino que invisibiliza la represión ejercida por el Gobierno cubano contra algunos miembros de la misma.
Fray Léster
Durante once años, Fray Léster Rafael Zayas Díaz, ejerció como rector del Centro Fray Bartolomé de las Casas. En febrero de 2022, fue cesado de sus funciones en favor del "cumplimiento de nuevas responsabilidades" no especificadas por la Orden en ese momento.
Según Fernández Otaño, el rectorado de este fraile abrió las puertas al respeto de las distintas voces de la sociedad civil, sin importar posturas políticas o religiosas. "Yo mismo, en el momento de mayor persecución y censura académica, fui cobijado para ejercer la docencia en el Centro Fray Bartolomé de las Casas. Creo que, por esa parte, Letrán ha mantenido esa capacidad de acoger a académicos censurados. Pero esto corre peligro de perderse durante el actual rectorado, al sostener una posición de solapamiento del totalitarismo; olvidándose de los Derechos Humanos y de los propios reclamos de algunos hermanos de la Orden con una incidencia fuerte sobre la sociedad civil, como lo es el propio padre Léster Zayas".
De Zayas Díaz destacan su defensa de la pluralidad de pensamiento y su crítica sistemática a la situación socioeconómica en Cuba:
"Junto al mundo Cuba aguarda, esperamos, ¡qué palabra tan linda, esperar! La Buena Noticia para Cuba, queremos olvidar en lo profundo de la memoria y de la historia los golpes y los gritos de este año, no queremos recordar jamás el disparo que mata, ni los insultos de los repudiantes ni el oprobio e indefensión de los repudiados, queremos olvidar los juicios sumarísimos, quisiéramos borrar de nuestras calles los camiones de guerra y los carros negros que intimidan y las gorras y las tonfas y las armas largas que se asoman para recordar de qué lado está la fuerza. Queremos no tener que recordar en estos días del año que el odio y que el miedo funcionan todavía”, expresó el párroco en su mensaje de Navidad de 2021, en clara alusión a la brutal represión desatada contra los manifestantes pacíficos del 11 de julio de ese mismo año.
Esta declaración le valió el hostigamiento de la policía política, quienes presuntamente forzaron su salida como rector del CFBC y mantienen el monitoreo de su labor como párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón, llegando al extremo de negarle los permisos correspondientes para celebrar la tradicional peregrinación de Viernes Santo, que debió hacerse en las propias dependencias de la parroquia.
Los dominicos en la UH
En medio de semejante clima, los frailes dominicos se regocijan por el espacio recuperado discretamente en la academia. En las imágenes difundidas, puede verse a un tímido Padre Léster Zayas que recorre la sede universitaria y posa a la cámara con sus hermanos, más no ha sido invitado a dictar ninguna de las conferencias del ciclo.
En perjuicio suyo y el de otras voces autorizadas dentro de la Orden, se han seleccionado otros conferencistas con una postura más "amigable" con el Gobierno cubano. En cualquier caso, y dado su historial represivo, el alma mater que ahora los acoge nunca le permitiría participar más allá que como un simple oyente.
De acuerdo con Fernández Otaño, ganar este espacio académico pudiese ser beneficioso, pero siempre aguzando los oídos respecto al discurso que mantendrán los frailes, y cómo la autocracia usará el contenido lectivo del post grado.
"Aquí se corre el peligro de ceder en materia de libertad, de la independencia académica que Letrán ha podido mantener; de perder el reconocimiento ante la sociedad por un reconocimiento oficial. (...) Buscar la legitimación, cuando la sociedad cubana pasa por uno de los momentos más difíciles, tiene peligro. Hay que tener en cuenta que todo no vale: por tener un espacio de incidencia no se puede ir a hacerse fotos con quien ejerce el poder autocrático", continuó el especialista, quien además llamó la atención sobre el clima de hostilidad contra académicos e intelectuales que sostienen un discurso ético frente a los desmanes del poder político.
"Esto ocurre a días de la golpiza propinada por la policía a la académica Alina Bárbara López Hernández. Es un contexto de represión de las libertades académicas muy fuerte".
Por tales motivos, el Observatorio de Libertad Académica denuncia las condiciones en que se dicta el postgrado 500 años de la fundación de la Escuela de Salamanca, impartido por la Orden de los frailes dominicos en la Universidad de La Habana.
Además de las distancias ideológicas entre la orden religiosa y el alma mater capitalina, esta última absolutamente coactada por el credo ideológico marxista-leninista y en permanente desdén de la autonomía universitaria, la apertura del espacio no se materializa de manera orgánica. Responde claramente a la necesidad de validación de los personajes que simulan gobernar Cuba, asolados continuamente por el descrédito social a lo interno e internacionalmente al ser distinguidos por la ineficacia de su gestión, la brutalidad represiva y los desaciertos comunicacionales.
Pero también sirve a la academia cubana, que se vale del alcance de esta denominación eclesiástica para lavar su imagen ante sus homólogos de la comunidad internacional. En momentos en que el mundo condena el proceder abusivo del Estado contra intelectuales, profesores e investigadores que disienten, las universidades cubanas callan o viabilizan las violaciones de la libertad académica.
Una estrategia de relacionamiento como esta, fraguada al calor de conveniencias políticas “aprovechadas” por ambas academias, la eclesiástica y la laica, implica peligros diversos. Las universidades cubanas se han denigrado por su servilismo en función del simulacro de profesionalismo de los funcionarios designados como rostros visibles del entramado político nacional, ahora la academia católica las avala; por tanto, pasa a ser parte del juego que ha llevado a los extremos del desprestigio a las instituciones de nivel superior en Cuba, baste mencionar el reparto generoso de titulaciones Honoris Causa y doctorados sin aval científico probado, entre otras irregularidades.
Si apostar el prestigio profesional no bastase, el crédito social de la Iglesia se compromete al trivializar, de facto, el historial de atropello contra la institución religiosa y su feligresía. Llamamos la atención respecto al silenciamiento de importantes miembros de la Orden que han sido críticos con las políticas arbitrarias del Gobierno cubano y que no se han contemplado como ponentes, dando margen a la posible incursión negativa de la academia cubana en el plan de estudios propuesto por los religiosos.
Desde este Observatorio de la sociedad civil cubana hemos documentado y denunciado las vulneraciones a la libertad académica de todos los centros educativos que han hecho parte de la conformación de la escuela pedagógica cubana a lo largo de nuestra historia, entre ellos los rectorados por la Iglesia. Respetamos el derecho a la restitución plena de los fueros legales que fueron retirados ilegítimamente a esos planteles y alertamos, una vez más, acerca de los mesianismos conducentes a la pérdida del prestigio social y la coherencia ética de las instituciones que nos hicieron país y están destinadas a sostener y reedificar la nación.