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Daisy Valera Fernández

En 2006 Daisy Valera Fernández cursaba el segundo año de la carrera de Radioquímica en el Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas cuando decidió rescatar el periódico estudiantil El Estado Metaestable. A partir de entonces tuvo que lidiar con diversas manifestaciones de la censura ya que su interés por las problemáticas sociales y otros temas históricos o de actualidad, hicieron que participara de espacios de debate al margen de lo institucional, así como la condujeron al periodismo independiente desde la visión crítica de una estudiante universitaria.

 

El Estado Metaestable tuvo alrededor de cuatro ediciones, todas estrictamente monitoreadas por la dirección de la Federación Estudiantil Universitaria, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Partido Comunista de Cuba (PCC) en el instituto. El periódico tenía que ser impreso en una oficina del rectorado y bajo supervisión permanente de Fernando Guzmán Martínez, el rector.

Ante la supeditación total de esa iniciativa estudiantil a la nomenclatura política y administrativa del centro de estudios, Daisy como editora y sus compañeros de redacción decidieron finalizar el empeño ya que era imposible plasmar su realidad como universitarios en un medio totalmente coactado por las instancias de poder.

 

Durante el curso siguiente, cuando Daisy Valera estaba en tercer año, organizó con otro estudiante y su profesor de Filosofía Erasmo Calzadilla algunos debates donde confluían en los jardines del InSTEC universitarios y profesionales para hablar abiertamente de la actualidad del pensamiento de izquierda, de los fenómenos sociales que acontecían en el país, y de cuanto generara inquietud en los asistentes. Estos encuentros empezaron a ser incómodos para los directivos del instituto, por lo que algunos dirigentes de la FEU, además de un grupo de profesores, desplegaron una campaña de difamación contra la joven para que sus condiscípulos dejaran de tratarla. El método que usaron los censores fue advertir sobre posibles consecuencias en la universidad para quienes continuaran relacionándose con ella.

En ese curso 2008-2009, Daisy fue citada a más de 5 reuniones con motivo de su colaboración como periodista independiente en Havana Times. A esos encuentros asistían, indistintamente, el rector Fernando Guzmán Martínez y el decano de la facultad de Ciencias Nucleares Héctor Borroto Gutiérrez, además de dirigentes del PCC, UJC y la FEU del instituto, entre los que se encontraban Germán Alfredo Rojas Lorenzo, en representación del Partido Comunista, Roberto Domínguez Rodríguez, por la Juventud Comunista, y Amaury Muñoz Oliva, a nombre de la Federación Estudiantil.

 

Cada ocasión en que Daisy era citada a un aula o a la rectoría devenía en una especie de juicio informal donde se reiteraba la amenaza de expulsión de la universidad. Sus notas periodísticas eran el tema en cuestión, la increpaban por abordar asuntos relacionados con la dinámica de la universidad que le preocupaban como estudiante, ya fuera la campaña de frío para la recogida de la cosecha de papas adonde iban sin ninguna condición básica garantizada o la inoperancia de la organización que supuestamente debía representar a los universitarios, la FEU.

 

La estudiante y periodista independiente esgrimía siempre su derecho a practicar la libertad de expresión, también aludía a su intención constructiva respaldada por su posicionamiento ideológico de izquierda. Daisy apelaba una y otra vez a la necesidad del juicio crítico con vistas al mejoramiento de la sociedad. No obstante, el hostigamiento continuó haciendo que el clima de animadversión hiciera insostenible que continuara viviendo en la residencia estudiantil, teniendo que alquilarse por su cuenta en la ciudad. También le fue demandada una vía de contacto con sus padres a lo que no accedió argumentando que era mayor de edad y responsable de sí misma.

Esa etapa de acoso que abarcó el tercer año de estudios, Daisy Valera fue expulsada de la FEU. El proceso se desarrolló de manera expedita, ella había recibido la indicación de presentarse en la oficina del decano de la facultad de Ciencias Nucleares Héctor Borroto y al llegar se encontró con que también estaban dirigentes de la FEU del InSTEC y su grupo en pleno. Por medio de una votación en la que participaron sus nueve compañeros de brigada, y en la cual seis votaron a favor y tres se abstuvieron, la estudiante quedó al margen de la Federación Estudiantil Universitaria, organización que en teoría debía representarla.

 

Daisy continuó escribiendo para Havana Times aunque predominaron tópicos de alcance nacional y menos del entorno universitario, el cual ya se limitaba a lo estrictamente académico.

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