Fecha de lanzamiento: 18 de mayo de 2023

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Un estudiante de origen paraguayo relató la precaria situación en la que vive en una residencia estudiantil cubana, luego de que viajara a la Isla con una beca para estudiar en una universidad de la capital. La condición que el extranjero define como “infrahumana”, fue denunciada en el blog Por mano propia, de Aldo Luberta Martínez.

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De acuerdo con el relato de Luberta, el joven –cuyo nombre no fue revelado para evitar represalias- proviene de una familia humilde de Paraguay, y durante años fue un ferviente defensor de la revolución cubana. Recientemente llegó a Cuba para iniciar sus estudios, mas terminó decepcionándose por la precaria condición en las que está obligado a vivir.

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“En Cuba no hay condiciones para estudiar, Aldo. No tengo quejas ni de los profesores, ni de mis amigos de clases, ni de la gente ajena a la facultad. Con ellos todo bien, pero desde que llegué estoy pasando necesidades.”, comenzó relatando. A continuación, detalla que en su país de origen no tenía grandes comodidades, pero su subsistencia en la Isla se dista mucho de la que un ser humano debería tener.

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“En el albergue de la universidad no hay nada, en la calle no hay nada, en casa de mis amigos no hay nada, hermano, nada de nada; mi familia allá quiere regrese. Desayuno una imitación de leche y pan duro; almuerzo un caldo con bichos y sin sal y un poco de arroz crudo; en la cena, lo mismo… hemos estado más de un mes bañándonos con un vaso de plástico. Un balde de agua para seis y cada uno con su vasito…”, detalló. Además, explicó que, aunque él y sus compañeros han denunciado la situación al rectorado de su facultad, no han recibido respuesta alguna.

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El adoctrinamiento ha sido uno de los problemas a los que se refirió también el alumno, quien fue convocado a participar en la celebración por el día de los trabajadores, el pasado 5 de mayo. En el acto, al cual concurrieron “cuatro gatos”, debió gritar consignas a favor de la dictadura y en contra de los Estados Unidos.

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Aunque tanto él como sus familiares están a favor de su regreso definitivo a Paraguay, de hacerlo debería pagar un total de 30 mil dólares, que constituye la multa que Cuba cobraría a ese país si un estudiante abandona su beca.

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Un reclamo similar ha venido gestándose al interior de la escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), ubicada en San Antonio de los Baños. La escritora cubana Wendy Guerra, dio cuenta de la situación de inseguridad que viven los alumnos que, en su mayoría, son estudiantes autofinanciados obligados a pagar altas cuotas de ingreso.

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“Según fuentes internas consultadas, las condiciones generales, tanto de alimentación, higiene, materiales para trabajar y aprender, así como la situación del transporte, sumado a la inseguridad interna por no tener los custodios necesarios, contrasta con la "buena vida" de su directiva. Los constantes viajes que provocan la ausencia de su directora: Susana Molina (algunos en primera clase) y la casi inexistente presencia de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, en la figura de Alquimia Peña, transparenta una amarga y terrible verdad.”, relató en su perfil de Facebook.

Entre los legítimos reclamos de los alumnos, se encuentra la mejora en las condiciones de vida, además de la designación de un director extranjero para la institución, cuyas decisiones se alejen de las necesidades de control del régimen. La respuesta gubernamental a estas exigencias ha sido la inserción de la figura de Fernando Rojas, emisario del Ministerio de Cultura cubano y a quien encomendaron la ardua tarea de solucionar la situación.

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Sin embargo, su gestión se aleja de los deseos de los estudiantes, quienes han sido tácitos al pedir que la escuela sea un espacio libre de la política cubana, más aun porque se trata de un proyecto financiado con capital extranjero y cuyas bases fundacionales eran autonómicas, en tanto se pretendió que sus métodos de enseñanza distaran de los establecidos en el resto de los centros educativos de la Isla.

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Las precarias condiciones de vida que atraviesan los becados en residencias estudiantiles del gobierno se han visto agravadas por la crisis sistémica que atraviesa el país. Adicionalmente, el contexto cubano ha convertido a los estudiantes extranjeros en blanco de la violencia que azota al país, puesto que tienen un poder adquisitivo superior al de la mayor parte de la población cubana.

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El pasado 13 de mayo, trascendió que el estudiante palestino de cuarto año de medicina, Majdi B. N. Jebreen, recibió cuatro puñaladas cuando circulaba por los alrededores del hospital pediátrico de El Cerro. Según Francisco de Asis Rosell Conde, funcionario del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), el joven de 23 años, quien fue asaltado para quitarle la moto, fue trasladado al hospital Salvador Allende.

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“Para lograr corregir el sangramiento intenso que presentaba y estabilizar sus parámetros vitales, así como el daño de los órganos afectados, lo que condujo a varias intervenciones quirúrgicas, así como al uso de hemoterapia sustitutiva.”, apuntó. Casi inmediatamente, se desplegó una campaña en redes sociales para pedir donaciones de sangre O Positivo, necesarias para el paciente que permanecía en estado crítico.

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Desde 1961, Cuba ofrece becas a ciudadanos extranjeros de bajos recursos para cursar estudios superiores. Aunque durante años, el discurso oficial se refería a la “solidaridad” del régimen, recientemente se ha sabido que las becas son un lucrativo negocio, que reporta  millones de dólares que la dictadura cobra a los gobiernos de donde provienen los estudiantes.

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Según el reporte del diario independiente 14ymedio, en 2021, la mayor de las Antillas adquirió un total de 40 millones de dólares por mil becas a médicos mexicanos, de las cuales solo se materializaron 172.  De acuerdo a las declaraciones de Alejandra Reynoso Sánchez, vicepresidenta del Senado de México (por el Partido Acción Nacional, opositor), los cupos ofrecidos por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) fueron la manera que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador encontró “para financiar al régimen cubano”.

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Paralelamente, viajan hacia el país muchos miles de estudiantes autofinanciados, quienes pagan tarifas de hasta 28 mil dólares por estudios de pregrado. Las condiciones actuales de las residencias estudiantiles para extranjeros, dejan ver que estas cantidades no se reinvierten en mejorar las condiciones de vida al interior de las mismas.

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El Observatorio de Libertad Académica denuncia la precariedad de estos establecimientos, así como la negligencia del régimen, que debería garantizar las condiciones mínimas de subsistencia para los estudiantes. Asimismo, instamos al Ministerio de Educación Superior a pronunciarse al respecto, y legitimar las necesidades básicas para la subsistencia de estos.

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