Cierran cinco escuelas rurales por baja asistencia en Matanzas
Fecha de lanzamiento: 23 de marzo de 2023
El gobierno municipal de Pedro Betancourt, en Matanzas, decretó el cierre permanente de cinco escuelas rurales en la localidad. Según informó el diario oficialista Girón, “el Acuerdo 352/2010, del Consejo de la Administración Municipal (CAM) de Pedro Betancourt, cinco escuelas rurales de ese territorio fueron cerradas por escasa matrícula y entregadas en calidad de viviendas a trabajadores del sector”, especificó.
La noticia llegó luego de que Osmel Eusebio Zaldívar Cortés denunciara la situación su incertidumbre ante la continuidad de estudios de su hija pequeña, luego de la desaparición de la escuela en el batey Dos Hermanos, donde radica.
El padre de familia explicó que se le ofreció una matrícula en la escuela primaria más cercana, ubicada en La Isabel, Jovellanos. Sin embargo, no existe transporte oficial en su localidad de residencia y, por ende, se le hace imposible moverse diariamente hasta el centro.
Edilberto Casanova Armenteros, director provincial de Educación, explicó al medio que ofrecieron algunas soluciones a la familia sin éxito. “Le propusimos asumir el régimen interno en una institución educacional del municipio de Pedro Betancourt, pero la posición sigue siendo que el Gobierno de ese territorio debe garantizar el medio de transporte”.
La desaparición de las escuelas rurales en Cuba es un fenómeno que atenta contra la instrucción de la población cubana en las zonas más remotas del país. En un artículo reciente, el académico Dimas Castellanos se refirió a cómo el número de estas ha disminuido desde 1959 hasta la fecha.
“La creación de las escuelas rurales en la República fue una aportación fundamental a la enseñanza requerida por un país agrícola como Cuba. Si bien no alcanzó todo lo que el país necesitaba, ni se sostuvo por los gobiernos posteriores, el hecho de haberse iniciado el debate acerca de su importancia marcó un camino pendiente por recorrer, no solo para alfabetizar al campesinado, sino para crear una cultura del amor y la importancia de la agricultura.”, explica.
En 2012, la activista Sirley Ávila Calderón fue agredida y perdió uno de sus brazos por exigir la creación de una escuela rural para los 34 menores en edad escolar de su barrio, los cuales debían desplazarse más de nueve kilómetros para poder recibir sus lecciones.
Como delegada de la Asamblea Municipal por el municipio de Limones, en Majibacoa, Las tunas, Ávila realizó un diagnóstico de las condiciones de vida de los pobladores. Con los alarmantes resultados, comenzó la reclamación para la construcción de una escuela en el poblado.
“Yo tenía el apoyo completo del barrio (…) le plantearon al barrio hacer actos de repudio contra mí, pero se negaron (…) Estuve en el Consejo de estado denunciando la situación unas 12 veces, hasta que me botaron de allí”, denunció en el programa Hola, Ota-ola.
Pese a una situación hostil, la activista logró la construcción de la escuela, que posteriormente fue cerrada. Cuando sus reclamos se volvieron un problema mayor, la casa de Sirley fue incendiada. Posteriormente y por orden de la Seguridad del Estado, fue atacada a machetazos, lo que le provocó la pérdida de su mano izquierda y numerosas heridas en el resto del cuerpo.
El sistema totalitario implantado en el 1959 atraviesa una de sus mayores crisis económicas, donde la falta de recursos y la pésima gestión gubernamental han llevado al Estado a recortar los limitadísimos presupuestos con los que gestiona al país. ¿El resultado? Un marcado descenso en la calidad de vida en todas las esferas, siendo la educación una de las más afectadas.
El Observatorio de Libertad Académica denuncia el cierre indiscriminado de las escuelas rurales, puesto que representa un aislamiento en materia de instrucción de los pobladores de las zonas de difícil acceso. Además, estos actos se consideran una violación del derecho a la educación de los ciudadanos cubanos.