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Inicia el curso para la Educación Superior en Cuba, ¿más con menos?

Fecha de lanzamiento: 17 de septiembre de 2024

Este lunes, 16 de septiembre, comenzó el curso escolar para los años iniciales de la enseñanza superior en Cuba. Según informaron las autoridades académicas, los continuantes comenzarán las clases en el mes de octubre.

De acuerdo con las declaraciones del titular del sector, Walter Baluja, este "va a ser un curso de calidad superior y nuestros graduados podrán aprovechar la presencialidad, enfatiza, como tradicionalmente lo veníamos haciendo e incorporarse más a las tareas que llamamos de impacto, para que el estudiante contribuya a su formación integral aportando al desarrollo del país, de los municipios, las provincias y territorios donde se desempeñan”.

Asimismo, aprovechó para ufanarse de la alta cifra de matrícula, que ascenderá a casi un cuarto de millón de estudiantes contando varios millares de extranjeros que matricularán en las facultades de Ciencias Médicas, fundamentalmente.

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La Universidad de Matanzas recibió a una decena de estudiantes colombianos, que llegan a Cuba como parte de los programas de intercambio. (Foto tomada de @CubaMES)

Una de las particularidades de este curso está dada por la coexistencia atípica de continuantes y alumnos de nuevo ingreso. En un esfuerzo por retomar definitivamente el calendario tradicional, los estudiantes que sufrieron irregularidades con anterioridad completan su ciclo docente del curso 2023-2024 para, luego de una pausa de varias semanas, incorporarse al nuevo período lectivo en este mismo curso. De esta manera, se sincronizan con los noveles.

En el acto inaugural, celebrado en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría (Cujae), la rectora del centro, Martha Dunia Delgado Dapena, agradeció "el apoyo del Gobierno y el Estado" para la reapertura de la casa de altos estudios.

El Ministro de Educación Superior, Walter Baluja, así como otras autoridades de la capital, asistieron al acto inaugural del curso 2024-2025 para los estudiantes de nuevo ingreso. (Foto tomada del perfil de Twitter del MES)

Todo esto, aun cuando Baluja reconoció a la prensa nacional las dificultades económicas que ha enfrentado el Ministerio de Educación Superior (MES) para afrontar el nuevo curso escolar, expresando su deseo de poder distribuir "algunos insumos" para el trabajo en las aulas.

Además, se refirió a la restauración de "algunas residencias estudiantiles", inmuebles que, en su mayoría, presentan un pésimo estado constructivo.

En 2022 el medio oficialista Cubadebate se refirió a las principales problemáticas que presentaban las residencias estudiantiles en La Habana. Entre ellas se contaban la falta de acceso al agua, roturas frecuentes de los ascensores y precariedad constructiva. La CUJAE era precisamente el alma mater con mayores complicaciones.

Con anterioridad, en 2019, se acometieron en el centro las obras para rehabilitar el edificio 500 de la residencia, tres años después solo se habían entregado algunos cuartos. Adicionalmente, de los nueve edificios que funcionan como albergue, solo tres fueron sometidos a reparaciones. Cinco años han pasado y no se vislumbra el fin exitoso de las remodelaciones.

El edificio número 100 de la CUJAE es uno de los que mayores problemas constructivos presenta, entre ellos, la sustitución integral de la red hidrosanitaria. Las autoridades del país insisten en que no hay presupuesto para acometer las obras de reparación. (Foto tomada de Cubadebate)

Lianet Kamila Salina Gimeno, miembro del Secretariado Nacional de la FEU y secretaria de Becas y Planteamientos Estudiantiles, explicó a Cubadebate que el país no dispone de medios económicos para afrontar remodelaciones capitales o moderadas como, por ejemplo, la sustitución del sistema hidrosanitario de los edificios.

"En un reciente encuentro del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el Palacio de la Revolución con dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y de nuestra organización tocamos este tema con él, porque es uno de los más sensibles", declaró.

Por si esto fuera poco, las condiciones de seguridad en estos centros estudiantiles son también cuestionables. Hace apenas unas semanas, una estudiante cubana denunció el robo de sus pertenencias durante el período vacacional.

La joven, becada en la residencia estudiantil Lázaro Cuevas, detalló a Cibercuba que, "a pesar de que las pertenencias se guardan bajo llave en taquillas, al regresar al espacio ubicado en El Vedado encuentran que estas han sido forzadas y sus objetos personales, como cubos, fogones, ollas, calderos e incluso ropa, han sido robados".

De igual manera, aseguró que las autoridades del centro han eludido la responsabilidad alegando que "los estudiantes fueron informados de la necesidad de vaciar completamente sus habitaciones". Esta situación se repite durante cada pausa escolar, sin que se tomen medidas para evitar los robos sistemáticos o se identifique a los responsables.

Justo en el primer dia de clases, los estudiantes que habitan la residencia estudiantil de Ciencias Médicas en la provincia de Matanzas, denunciaron un corte eléctrico que se extendía por más de 12 horas.

“Desde la Universidad de Ciencias Médicas de #Matanzas, varios estudiantes me dicen que están sin corriente eléctrica en la beca desde las 10 de la mañana de este lunes, y sin recibir respuestas de los directivos de la institución”, denunció en su perfil de Facebook el periodista camagüeyano José Luis Tan Estrada.

Según describieron los alumnos, las autoridades de la beca no ofrecieron información útil al respecto. La Empresa Eléctrica de la provincia alegó tener un solo carro operativo.

Lejos de atender realistamente estas problemáticas, las directivas de los campus siguen privilegiando el adoctrinamiento como si la carga político-ideológica se tradujera en solución a los problemas tangibles. En su comparecencia en el espacio televisivo Mesa Redonda, Daysi Fraga Cedré, directora general de pregrado, identificó como objetivo del MES “la formación integral de nuestros jóvenes, con un énfasis en el trabajo político-ideológico, convirtiendo esa clase no solo en un espacio de instrucción, sino en un espacio de educación para las nuevas generaciones”.

En el mismo orden de cosas, quienes están a cargo de la educación superior cubana han mostrado satisfacción por los cambios que han impulsado, siendo la eliminación de las pruebas de ingreso el más significativo.

Al respecto, Fraga Cedré se mostró confiada en la capacidad de aquellos estudiantes de nuevo ingreso que no aprobaron los exámenes requeridos para acceder, asegurando que, entre las fortalezas de la “nueva universidad” se encuentra la capacidad de “brindar la atención que esos estudiantes merecen y para que logren los aprendizajes necesarios para transitar por la educación superior”.

Las universidades cubanas no son ajenas al déficit de claustro que presenta la enseñanza general. Mas deberán afrontar la sistematización de aquellos contenidos que resultaron imposibles de vencer para los alumnos noveles. Para ello, se apoyarán en los alumnos ayudantes, movimiento que debe ser fomentado en todas las facultades, por considerársele “la cantera natural de formación del claustro universitario”.

Sin embargo, este no es más que otro eufemismo para tapar la realidad. Desde que vencer los exámenes de ingreso dejó de ser un requisito obligatorio, los índices de estudiantes aprobados han decrecido cada año.

Esa flexibilización extrema no ha redundado en frenar el abandono de las carreras universitarias. Tampoco ha asegurado la disponibilidad de profesionales cualificados en las distintas esferas socio económicas del país. Alternativas como la masividad en las modalidades de educación “a distancia” y “por encuentro” son un fracaso a voces del que el oficialismo educativo prefiere no hacer mención.

“Aún no tenemos los resultados esperados en la formación de ciclo corto. Se han explotado mucho los cursos por encuentros para formar fuerza de trabajo que ya estaba laborando, pero no tenía un nivel. Hoy se están creando dos ciclos de formación de ciclo corto: Técnico superior en inversión y técnicas constructivas, y Técnico en energías renovables”, reconoció la titular de pregrado.

Esta última especialidad de ciclo corto aparece en medio de la crisis energética del país.  Según la Dra. Ondina León Díaz, directora General de Investigación y Posgrado, este es un campo de acción prioritario dentro de la educación superior, el cual será desarrollado como parte de la agenda 2030[1].

Otra de las esferas de interés es la formación de postgrado. León Díaz comentó que “Hoy contamos con 160 programas de doctorado en 37 instituciones autorizadas en el país, los cuales se desarrollan a través de proyectos de investigación. En este proceso hemos descentralizado funciones de la Comisión Nacional de Grados Científicos, así como en la modificación de normativas para elevar la eficiencia de todos los procesos".

Recordemos que, con la actualización del Sistema Nacional de Grados Científicos, quedó a discreción de la Comisión Nacional expedir la autorización a los centros docentes para impartir programas de postgrado. Ello ha contribuido a facilitar la obtención de los permisos para las universidades. El llamado a la masividad en las matrículas está dado por la necesidad que tiene el país de formar especialistas que sustituyan la diezmada fuerza de trabajo y que, a la par, constituyan recursos humanos exportables.

Por lo descrito, el Observatorio de Libertad Académica muestra su preocupación por las condiciones en que ha iniciado el nuevo curso en la academia cubana. Lejos de velar por la calidad de la educación, las autoridades de la Isla continúan apostando por la masividad de matrícula.

El Ministerio de Educación Superior, supeditado enteramente a cuestiones de índole político-ideológica ajenas a su misión social, y atendiendo a la urgencia de mano de obra calificada del país, ha dejado a un lado importantes estándares de calidad docente.

Igualmente, se insiste en la formación de postgrado de forma desmedida, avalando instituciones hospederas de programas de tercer ciclo sin trayectoria académica que los sustente. La opinión pública ha cuestionado el otorgamiento de categorías científicas a figuras vinculadas al estamento de poder, nacionales y extranjeros, a conveniencia de la agenda gubernamental en curso. Consideramos que se asiste a otra fase del desmantelamiento del entramado académico nacional, otra con la cual se agudiza la devaluación de la educación superior en el país.

 

[1] Entre sus objetivos para cumplimentar el programa de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, Cuba reconoce la necesidad de aportar “Energia limpia y no contaminante”. Para ello, se implementa la Política para el desarrollo perspectivo de las fuentes renovables y el uso eficiente de la energía (2014-2030), cuya primera meta es cubrir el crecimiento de consumo energético con fuentes renovables de energía. En 2020, Cuba publicó su último informe de CDN, en que asumía solo el 4.9% de energía generada a partir de fuentes renovables, aunque sostiene que esta cifra crecerá hasta un 24% para 2030.

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