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Economistas cubanos contra paquetazo de medidas: “No solucionará la inflación”

Fecha de lanzamiento: 18 de enero de 2024

Importantes economistas cubanos han analizado el paquete de medidas economicas impuesto por el gobierno cubano, y aseguran que este no solucionará la creciente inflación en el país, a la vez que contribuirá a deteriorar aun más el ya depauperado estado de bienestar del pieblo cubano.

Mediante un artículo publicado en la plataforma Cuba x Cuba Laboratorio de Pensamiento Cívico, Mauricio de Miranda Parrondo,  Doctor en Economía Internacional y Desarrollo y Profesor Titular e Investigador de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, explicó las peincipales contradicciones del conocido como “paquetazo”, enfatizando que este está muy lejos de lograr la ansiada “estabilización macroeconómica” que defiende el régimen.

De acuerdo con su estudio, “cualquier programa que persiga ese objetivo debe proponerse reducir los desequilibrios fiscales, propender a la estabilidad de precios y lograr una relativa estabilidad cambiaria. Las medidas del gobierno cubano, por el contrario, prevén un aumento del déficit presupuestal, conducirán a un nuevo aumento de precios y no pueden garantizar la estabilidad cambiaria, porque no están presentes, ni lo estarán en el corto o incluso mediano plazo, las condiciones que la aseguran.”

Para De Miranda, uno de los errores claves que se pretende cometer es el aumento del déficit fiscal, aprobado por la Asamblea Nacional y con lo cual se aumentarán los salarios en sectores que están siendo fuertemente golpeados por la migración,  como la salud y la educación, entre otras tareas.

En esto concuerda su colega Pedro Monreal, quien sostiene que “cuando se escucha que el proyecto de presupuesto de 2024 y sus medidas asociadas tienen como objetivo "revertir" desequilibrios macroeconómicos, pero simultáneamente los gastos crecen 37% y el déficit asciende a 18,5% del PIB, se demerita quien propone tal cosa”.

En el caso cubano, “el Banco Central no posee independencia respecto al gobierno y es parte de él, por lo que no le queda más remedio que emitir dinero para financiar el déficit. Este tipo de emisión es esencialmente inflacionaria, porque aumenta la oferta monetaria sin respaldo en la de bienes y de servicios”, explica De Miranda.

De esta manera, el economista recomienda como medida para contener hecatombe financiera que nos embarga, el fomento del emprendimiento en los negocios, que traería el auge de la industria, la agriculyura y los bienes y servicios.

Contrario a esto, el Estado cubano ha enfilado sus misiles contra micros, pequeñss y medianas empresas (MIPYMES), culpando en no pocas ocasiones a est forma empresarial de la inflación en el país.

Además, sería necesario quitar de los hombros del Estado el amplísimo costo presupuestario del Partido Comunista de Cuba y demás organizaciones de masas, asi como las fuerzas represoras del país, que funcionan como parásitos de erario público. Lógicamente, estas disposiciones no se contemplan en Cuba al confundirse muchas veces -y erróneamente- al PCC con el Estado.

Otra de las medidas que provocado el descontento masivo es el aumento del precio de los combustibles hasta en un 445 %, con el consiguiente aumento del transporte. A simple vista, esto es contraproducente partiendo del hecho de que al cubano promedio se le dificulta cada dia más llevar el plato a la mesa.

De acuerdo con Miranda, de esta manera la dirección del país reconoce, solapadamente, el costo de estrategias económicas fallidas. Los nuevos costes continuarán al alcance de quienes disponen de moneda dura, “sin embargo, resulta notablemente alto para la mayor parte de la población, cuyos salarios no se han incrementado en los últimos dos años pese a la estampida de precios observada en el país, al punto de que continúa aumentando la brecha existente entre los salarios y el costo de la vida.”

Pese a las advertencias de varios economistas cubanos, el gobierno insisten en aumentar el precio de los combustibles, alegando que, en el pais, se vende “el combustible tal vez más barato del área”. Asimismo, anunciaron la creación de una red de servicentros que operaran en moneda dura, para captar divisas que permitan asegurar el abastecimiento sostenido. Una mentira similar se contó en el caso de las tiendas en Moneda Libremente Convertible, que se esgrimieron como única solución para salvar el abasto de los establecimientos en moneda nacional. Esto nunca pasó.

Sin embargo, no debemos pensar siquiera un segundo que los gobernantes desconocen el alcance catastrófico de sus acciones pues, según el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, “Pero cuando le subamos el precio al combustible van a subir algunos servicios y algunos precios(...) Y, sin embargo, todos estamos de acuerdo con la medida".

Un tercer aspecto analizado por el economista es la tozudez de los gobernantes en estabilizar el mercado cambiario a través del control. De acuerdo con el primer ministro Manuel Marrero Cruz, “tenemos que poner fin a esa práctica de que desde otro país, desde una PC, se ponga la tasa de cambio especulativa que rige en este país.” Esto a golpe de porrazo, sin que el Estado disponga de las divisas necesarias para estabilizar el mercado.

De Miranda afirma que la problemática consiste en que la tasa de cambio de 1x 120 sigue siendo sobrevalorada, quedando por debajo del valor en el mercado. “La única opción es abandonar las tasas de cambio fijas, aceptar como única tasa la de un mercado legal, transparente y competitivo en el que participen tanto el sector financiero como actores privados provistos de licencias para operar. La estabilidad cambiaria no se decreta, es necesario lograrla con medidas económicas adecuadas. Sin ella no habrá estabilización macroeconómica posible.”

Por su parte, la economista Ileana Díaz Fernández, profesora del a Centro de Estudios de la Economía Cubana, se mostro crítica con respecto a las medidas coincidiendo en que estas no tienen “ningún argumento científico” y terminarán convirtiéndose en un método para “agudizar aquellos factores que inciden en ser más pobres”.

En el Día de la Ciencia Cubana, la académica cuestionó la poca transparencia y la falta de rigor que soportan las medidas anunciadas por el gobierno, llamando la atención sobre la falta de estudios que avalen que estas serán beneficiosas, al menos, a larho plazo.

“¿En cuánto bajará el déficit y la inflación por las medidas tomadas?. No se mostró. ¿Dónde está el estudio que avale que solo el 5% de la población consume más de 500kw y de cuánto es el poder adquisitivo de esas personas por deciles de ingresos? No se mostró ese estudio. ¿Cuantos jubilados que ganan menos de 2000 cup se verán afectados por el incremento del gas y combustible (por el transporte)? No se mostró”.

Asimismo, lamentó la ausencia de soporte científico respecto a lo que denominó  “afectación en cadena a bienes y servicios” por el incremento de los combustibles; añadiendo que no existe ni una sola medida avocada a incentivar la producción, lo cual es una de las necesidades apremiantes de la economía cubana.

“Ni una sola medida concreta para la transformación de las empresas estatales (que no sólo puede estar dirigida a la alta tecnología) y si unas cuantas en contra de las privadas. ¿Cuál es la explicación?”, sentenció.

Debemos recordar que, a diferencia de De Miranda, Díaz Fernández se ha mostrado como simpatizante del régimen de La Habana -la amarga experiencia demuestra que, en caso contrario, no conservaría su puesto como profesora universitaria-.

Siguiendo la línea del crecimiento económico y como acostumbra a hacerlo, el Doctor en Economía Pedro Monreal, utilizó su cuenta de X para referirse a las incongruencias en cuanto al pretendido “impulso de la economía”, criticando en primer lugar el que no se den a conocer las medidas pensadas para ese fin.

“Desde hace tiempo se reconoce que para que el país pueda avanzar hacia el desarrollo se necesitaría alcanzar, de manera sostenida, tasas de crecimiento promedio anual de 5%, o superiores”, dijo.

Por añadidura, reconoció que se trata de un proceso complejo y largo, en el cual se deben revertir practicas económicas erróneas. A continuación,  identificó dos “puntos de estrangulamiento” en la wconomia cubana: el hecho de que la inversión tenga un peso de solo el 15% del PIB; y exportaciones netas con caracter muy débil.

Finalmente, coincide con De Miranda respecto al peso que tiene el presupuesto del gobierno en las arcas del Estado. “Dos variables priorizadas serían la reducción del peso relativo del consumo de gobierno y el incremento del peso de las exportaciones netas de bienes y servicios porque el actual esquema de especialización internacional de Cuba no funciona adecuadamente”, finalizó.

Dadas las sugerencias de los tres economistas, el Observatorio de Libertad Académica exige al gobierno cubano hacer públicos los estudios cientificos que avalan tan impopular paquete de medidas económicas, y que varios entendidos en la materia consideran contraproducentes. Consideramos que estos materiales, de existir, deberían ponerse en manos de la comunidad científica, que debió formar parte de su análisis profundo, a fin de evitar desastres económicos de mayor magnitud que los ya vaticinados.

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