Nuevo golpe contra la libertad académica: Universidad rusa abrirá filial en Cuba
Fecha de lanzamiento: 10 de junio de 2023
Una filial de la Universidad Federal del Sur de Rusia será inaugurada en Cuba luego de la firma de convenios bilaterales entre ambos países, en el marco de la visita oficial que realizan por esa nación los Ministros de Educación cubanos Walter Baluja García y Naima Trujillo.
Valeri Falkov, Ministro de Educación Superior ruso, detalló que la cooperación entre las partes “tiene una larga historia, y se basa en la coincidencia y la proximidad de las posiciones de dos países en la mayoría de los temas de la agenda mundial y regional, en sus intentos de enfrentar conjuntamente los nuevos desafíos”, refirió la agencia oficialista de noticias Prensa Latina.
Por su parte, Baluja García “agradeció a su homólogo ruso el apoyo de las autoridades rusas para que estudiantes cubanos se formen como expertos en áreas como la energía y el transporte.”, escribió el MES en su cuenta oficial de Twitter.
La Universidad Federal del sur de Rusia (SFedU) es el centro educativo y científico más grande de esa región y alberga un total de casi 24 mil estudiantes, de ellos, 2500 extranjeros, dispuestos en los campus de Rostov-on-Don y en Taganrog. En julio de 2010, declaró su “autonomía universitaria”.
Según explica en su sitio web, “lleva a cabo una investigación a nivel mundial en tecnologías de la información, materiales inteligentes, nanotecnologías, medicina del futuro y robótica. Los estudiantes pueden realizar investigaciones y hacer prototipos en los laboratorios internacionales SFedU, centros de equipos de uso compartido, centros de ingeniería. Los estudiantes tienen acceso gratuito a las revistas científicas arbitradas electrónicamente”.
Sin embargo, este último aspecto educativo está siendo cersenado por la prohibición del gobierno de Putin a acceder a conocimiento científico internaional, luego de la invasión a Ucrania. Asimismo, y como en todas las universidades de ese país, se está propiciando el adoctrinamiento de los alumnos y la persecusión a los docentes que manifiesten su inconformidad con la llamada “operación especial” en el vecino país.
La instauración en Cuba de una filial universitaria extranjera es un hecho sin precedentese en nuestra historia, y obedece a una serie de acuerdos contraídos por el régimen cubano con el Kremlin, que facilitarán la presencia rusa en varias áreas de la economía y, de acuerdo al informe reciente, la educación.
Entre 1898 y 1902, años de la ocupación militar norteamericana, se trabajó en la modernización del sistema de enseñañza cubano. Se tomaron acciones como la creación de 3000 nuevas aulas, la formación de maestros con la ayuda de la sociedad civil, la iglesia cristiana, aparecieron instituciones privadas de intrucción e, incluso, la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ofreció cursos de formación a más de un millar de docentes.
El profesor y politólogo cubano Dimas Cecilio Castellanos Martí refiere que, en ninguno de los casos anteriores “se trata de la instalación de una filial universitaria extranjera en suelo cubano, ni antes ni después de 1959, a pesar de que el control totalitario sobre la enseñanza debutó legalmente en junio 1961 con la ´Ley de Nacionalización General y Gratuita de la Enseñanza´ y continuó en enero de 1962 con la ´Ley de Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba´. esos cambios se refrendaron en la Constitución de 1976, en cuyo preámbulo aparece la declaración del marxismo-leninismo como guía, y el reconocimiento del apoyo de la Unión Soviética y otros países socialistas”.
Como es lógico, la instauración de la SfedU en Cuba, contribuirá al detrimento de las ya inexistentes libertades académicas en la Isla, en tanto el centro, regido por los estándares rusos de enseñanza y ostentando su “autonomía universitaria”, podrá elegir libremente programas de estudio para la formación y adoctrinamiento de los jóvenes cubanos con total impunidad.
Castellanos Martí asegura que la entrega desmedida del país a extranjeros supondrá la pérdida de libertades para la sociedad civil, más gravemente en el ámbito académico. “La filial rusa es el peor de los caminos: una imposición aprovechando el control gubernamental de la fuerza y de la economía. Es un paso de desesperación”, afirmó.
A partir de la agresión bélica de Rusia a Ucrania, el gobierno de Putin ha impuesto importantes limitantes a la libertad académica en el país. En mayo de 2022, Amnistía Internacional denunció la persecusión de docentes y alumnos que mostraran su descontento con la invasión a la nación vecina, así como el adorctrinamiento a los estudiantes, materializado mediante la imposición de asignaturas con “fuerte contenido patriótico” y la propaganda de guerra en las escuelas.
Los casos de importantes académicos rusos encarcelados o expulsados de sus puestos de trabajo por oponerse abiertamente a la guerra inciada por el Kremlin dan cuenta de una verdadera cacería de brujas, en la cual padres, alumnos y profesores han servido de delatores de importantes académicos rusos. Una buena parte de ellos se ha visto forzada al exilio.
En medio de dicho clima de inestabilidad académica es que se trabaja para traer a la Isla un modelo educativo totalmente manejado desde la élite política y que, por tanto, normalizará aun más el hostigamiento a pensadores e intelectuales cubanos.
Por tal motivo, el Observatorio de Libertad Académica denuncia la injerencia rusa en el espacio docente cubano, propiciada por el gobierno cubano y que alejará, aun más, la obtención de la autonomía universitaria en el país, a la par que introducirá mecanismos más férreos de control contra alumnos, profesores e investigadores.