Miguel Ángel López Herrera
Miguel Ángel López Herrera pertenece desde 2001 a organizaciones de oposición en Cuba, las cuales en su totalidad son declaradas ilegales por un sistema que no permite la pluralidad política. Por este motivo ha sido víctima de múltiples violaciones de derechos dentro del sistema de enseñanza cubano, tanto en su rol de estudiante, como de profesor.
En 2002 matriculó en la Licenciatura en Educación, especialidad Informática, en la Universidad de Ciencias Pedagógicas “Raúl Gómez García” de Guantánamo (UCPG), modalidad curso por encuentros. En ese momento ya formaba parte de la organización Jóvenes por la Democracia, liderada por Néstor Rodríguez Lobaina. Paralelamente a sus estudios universitarios, trabajaba como profesor de Informática en el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas “José Maceo” de Guantánamo.
Cuando terminaba el cuarto año de la carrera, en 2006, Miguel Ángel fue condenado injustamente a tres años de privación de libertad por colocar carteles antigubernamentales en la ciudad, acusado del delito de “Desacato” a la figura de Fidel Castro, entonces presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Imagen 1: Certificación de sentencia emitida por el Tribunal Municipal de Guantánamo.
Por esta causa se vieron interrumpidos tanto sus estudios universitarios como su trabajo docente. En 2009, una vez extinguida la sentencia impuesta por motivos políticos y sin ninguna sanción accesoria de limitación de derechos, Miguel Ángel intentó reincorporarse a la vida laboral y estudiantil; pero en ambos casos le fue negada esa posibilidad.
En la Dirección Municipal de Educación de Guantánamo fue atendido por la secretaria general del Partido Comunista de Cuba en esa institución, quien le dijo que nunca más volvería a trabajar como maestro, ya que ese era un sector “de vital importancia y sensible para la Revolución” y que él se encontraba identificado como un “desafecto, un contrarrevolucionario”. Esta sentencia implicaba carácter definitivo ya que el sistema de enseñanza general está bajo control estatal.
Apoyándose en esta misma negativa, en la UCPG le impidieron reincorporarse a la carrera, a pesar de que solo le faltaba culminar el último año para graduarse. Alegaron que al no tener vinculación laboral ya no podía ser admitido en la modalidad de curso por encuentros.
En ambos casos, a pesar de la solicitud explícita de Miguel Ángel, le fue negada la entrega de cualquier tipo de documentación que oficializara estas decisiones. Varios años después, solicitó a la dirección de la UCPG una certificación de las materias cursadas y comprobó que habían declarado en el documento que la causa de su baja de la universidad fue “Deserción”.