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María Caridad Gálvez Chiú

María Caridad (Karina) Gálvez Chiú egresó de la carrera de Economía de la Universidad de Pinar del Río “Hermanos Saíz Montes de Oca”, en 1994. Desde su etapa de estudiante, en la modalidad de Curso por encuentros, se había vinculado al activismo por el respeto a los derechos humanos, y finalizando su licenciatura, era parte del Centro de Formación Cívica y Religiosa de la Diócesis de Pinar del Río. En esta institución laica asociada a la iglesia católica, Karina Gálvez nucleaba a un grupo de profesionales de las ciencias económicas que analizaba temas relacionados con el devenir productivo del país, a la par que publicaba en la revista Vitral, órgano difusor del Centro, y de cuyo consejo editorial hacía parte.

 

En 1999, la profesora Gálvez solicitó a la Universidad de Pinar del Río matricular un postgrado en Contabilidad y Finanzas, sin embargo, le fue negado el acceso, al exigirle carta avaladora de la Asociación de Economistas de Cuba (ANEC), institución gremial en cuya membresía no podía ser admitida por su relacionamiento con personas e iniciativas al margen de la política oficial. La  negativa ocurrió a pesar de que a la profesora le eran demandados constantemente sus servicios académicos para impartir cursos a trabajadores de empresas y entidades estatales, sin que mediara remuneración monetaria. A Karina Gálvez se le catalogó entonces como “contrarrevolucionaria”, privándola del acceso a la superación en su campo de estudio.

 

Ya en la docencia universitaria, debidamente categorizada como Profesora Instructora, Karina impartió las asignaturas de Finanzas, Contabilidad y Legislación Económica como parte del claustro del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río “Rafael María de Mendive”, entre los años 2000 y 2012. Durante los dos primeros cursos, su labor docente fue considerada voluntaria, a partir del tercer curso se le dio acceso al régimen de contratación de personal externo y pudo cobrar por sus horas clases.

 

En 2011, en la propia universidad donde impartía docencia la profesora Gálvez, fue convocada la matrícula a la Maestría en Ciencias Pedagógicas con carácter masivo, buscando incidir en la superación del profesorado en la provincia. Karina optó por un cupo y matriculó el primer módulo de asignaturas, pero después de haber asistido a dos conferencias, la jefa del programa de maestría le comunicó que debido a un error en el cálculo de plazas a ofertar, ella no aplicaba. Cabe señalar que la responsable de los estudios de postgrado a los que aspiraba Karina Gálvez, y quien además le comunicó su marginación de la maestría, era la misma funcionaria docente que en 2000 dirigiera una comisión investigadora para evaluar su desempeño profesional: la metodóloga Maritza Cantero Iglesias. En los meses sucesivos, otros docentes accedieron sin dificultad a la edición de la maestría en pedagogía de la que Gálvez fue privada.

 

Durante todo el periodo de ejercicio de la docencia, Karina Galvez Chiu se mantuvo bajo hostigamiento de las propias autoridades del Ministerio de Educación (MINED), y de los centros de enseñanza superior a los que estuvo vinculada a la par de su trabajo como activista de la sociedad civil experta en tópicos económicos. Esta pedagoga e investigadora fue requerida en tres ocasiones por  el Director Provincial de Educación en Pinar del Río, Ángel López Mirabal, a causa de lo que escribía en la revista Convivencia y lo que expresaba en medios de prensa críticos con el gobierno cubano.

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