
Frank Rückert y Hans-Peter Benedikt en La Habana. Foto: muro de FB de la embajada de Alemania en Cuba (2025).
A inicios de noviembre de 2025, el embajador de Alemania Frank Rückert se reunió con Hans-Peter Benedikt para hablar sobre el proyecto “Profundizando el Compromiso con los ODS mediante Espacios de Aprendizaje Innovadores”. Esta iniciativa, financiada por el DAAD (Deutscher Akademischer Austauschdienst) desde 2022, aglutina universidades de Alemania, Cuba y Ecuador en la creación de espacios educativos innovadores enfocados en idear soluciones regionales sostenibles.
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
También conocidos como Agenda 2030, los ODS fueron establecidos por la ONU en 2015, con vistas a cumplirse en un plazo de tres lustros. La finalidad que se persigue con su cumplimiento es “lograr un futuro mejor y más sostenible para todos”. De manera general, se centran en el crecimiento económico, la inclusión social y la protección medioambiental. En el proceso de su definición, participaron los 193 países miembros de la ONU, entre ellos Cuba.
De manera más específica, los diecisiete puntos que contemplan, incluyen:
el fin de la pobreza;
la erradicación del hambre;
salud y bienestar;
educación de calidad;
igualdad de género;
agua limpia y saneamiento;
energía asequible y no contaminante;
trabajo decente y crecimiento económico;
industria, innovación y estructura;
reducción de las desigualdades;
ciudades y comunidades sostenibles;
producción y consumo responsables;
acción por el clima;
vida submarina;
vida de ecosistemas terrestres;
paz, justicia e instituciones sólidas;
y alianzas para lograr los objetivos.
Peter-Hans Benedikt en Cuba
En julio de 2022, Benedikt —catedrático de la Universidad de Eberswalde para el Desarrollo Sostenible— visitó La Habana, donde sostuvo un intercambio con Heidrun Tempel —entonces embajadora de Alemania en Cuba— y Felix Zühlsdorf —profesor del DAAD—, antes de continuar viaje hacia las universidades Marta Abreu (Santa Clara) y José Martí (Sancti Spíritus). En estas altas casas de estudio, escogidas para formar parte del proyecto por tres años, se deben desarrollar módulos de estudio en los que se consideren diferentes formas de actividad económica.
Hans-Peter Benedikt, Heidrun Tempel y Felix Zühlsdorf. Foto: muro de FB de la embajada de Alemania en Cuba (2022).
Para un seguimiento sistemático, Benedikt siguió visitando el país desde 2022. Así, el pasado 2024 intercambió con alumnos de tercer año de Ingeniería Informática integrantes del proyecto y con profesores del Área de Fabricación Digital de la Universidad José Martí.
Hans-Peter Benedikt durante su visita a la Universidad José Martí. Foto: muro de FB de Ciencias Técnicas y Empresariales de la UNISS (2024).
El DAAD en Cuba
Conocido en español como Servicio Alemán de Intercambio Académico, esta institución ha apoyado la cooperación académica y científica entre Cuba y la nación germana a lo largo de las últimas tres décadas. Además de tener un lectorado en la Facultad de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana, que actúa como punto de contacto para dudas sobre becas y cooperación universitaria entre ambos países, sustenta los siguientes proyectos a corto plazo:
Facultad de Matemática y Computación (Universidad de La Habana)
UHHU_SDG_Partnerschaft (2022-2025), con la Universidad Humboldt de Berlín, relativo a los ODS;
Energía Verde y Materias Primas como una alianza Norte-Sur-Sur (2023-2026), con la Universidad de Kassel, concerniente al tema medioambiental;
Yo, sí puedo!, Empoderamiento femenino en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en Cuba (2023-2026), con la Universidad Goethe de Fráncfort del Meno, enfocado en la igualdad de género;
y UnderPlaNet. Plantas subutilizadas en agrosistemas. Red Transnacional de Enseñanza e Investigación para el desarrollo regional (2024-2027), con la Universidad de Rostock, centrado en la agronomía.
Conclusiones
Tanto todos estos proyectos e intercambios, como otros similares, resultan paradójicos en Cuba; sobre todo en cuanto a los ODS se refieren. En un país que atraviesa por la peor crisis estructural de su historia y donde cada esfera de la vida está condicionada ideológicamente, es imposible que se ejecute la Agenda 2030. Cabe preguntarse hasta qué punto iniciativas como estas son efectivas para desarrollar estrategias que contribuyan a cumplir siquiera con la mitad de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Por otra parte, en el diseño de los ODS, además de los países miembros de la ONU, participó la sociedad civil. No obstante, este es un actor social que el gobierno cubano ha excluido y vetado sistemáticamente de la vida en el país. Sin la participación de la sociedad civil, el cumplimiento de la Agenda 2030 queda sesgado e incompleto.
A lo anterior se debe añadir que la enseñanza en Cuba es obligatoriamente politizada, por lo que no solo se controla la información que reciben los educandos; sino que cualquier propuesta académica y científica es examinada a través del filtro de la censura política. A este respecto vale señalar el caso del Dr. Ariel Ruiz Urquiola, investigador líder del proyecto científico “Estudio filogeográfico de especies en la Sierra de los Órganos: una contribución a la conservación de la naturaleza cubana”, por el que en 2012 mereció una beca de la DAAD que hizo posible la investigación en el Museo de Ciencias naturales de Berlín, entonces adscrito a la Universidad Humboldt, y que fue víctima de violación de la libertad académica por motivos políticos, siendo despojado de sus derechos por la directiva de la Universidad de La Habana, el Ministerio de Educación Superior y el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en un acto de censura que ratificó el Tribunal Supremo Popular. Aunque un representante de la parte alemana del proyecto viajó a La Habana para entrevistarse con la contraparte cubana, solo le mintieron sobre las vías de continuidad de la investigación que en realidad fue cancelada, con las consecuentes implicaciones para sus investigadores y la anulación de las perspectivas científicas en torno al escenario de preservación del medio ambiente en Cuba.
Si se tiene en cuenta este escandaloso precedente que evidencia la absoluta falta de garantías que distingue el entorno académico nacional, y partiendo de los ODS relacionados con la educación de calidad, reducción de las desigualdades y paz, justicia e instituciones sólidas, resulta cuestionable la pluralidad de voces en el entorno académico escogido por el DAAD para efectuar sus proyectos en la isla.
Sin embargo, estos programas de cooperación e intercambios internacionales son aprovechados por el gobierno cubano para emitir una imagen de apertura y desarrollo que no es real. El OLA ha alertado con anterioridad acerca de las connotaciones negativas de esta dinámica aparentemente interacadémica, argumentando el uso político que el gobierno de Cuba hace de instituciones y proyectos foráneos para esconder no solo la crisis multifactorial que atraviesa ya todo el país, sino también la censura y la politización de la enseñanza desde los primeros niveles educativos hasta las universidades. Mientras no se despolitice la academia cubana, los proyectos del DAAD seguirán siendo excluyentes y, en la práctica, una herramienta más de la diplomacia intelectual tendiente a la legitimación de la autocracia que impide el desarrollo científico y el progreso del país.


