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Esquizander Benítez Moya

En abril de 2013, el profesor Esquizander Benítez Moya fue expulsado de su puesto como profesor de Matemáticas en la Escuela Secundaria Básica Antonio Guiteras Holmes, de Matanzas. El despido ocurrió de manera abrupta y sin explicaciones, luego de visitar la vivienda del líder opositor José Daniel Ferrer García.

 

Benítez se graduó en 2009 como Profesor General Integral de Secundaria Básica, en su natal Palma Soriano, en Santiago de Cuba. Como ejercicio de culminación de estudios presentó una tesis sobre igualdad de ecuaciones matemáticas.

 

Durante su servicio social fue maestro en tres secundarias en zonas rurales de Palma Soriano y en otra ubicada en la zona urbana de la ciudad, hasta que se trasladó a la provincia Matanzas. Allí ejerció en varias escuelas de ese nivel tanto en el municipio cabecera como en la zona rural de la Ciénaga de Zapata. Sus evaluaciones siempre fueron entre Bien y Muy Bien, y recibió reconocimientos por su apoyo a la docencia en ese territorio.

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Imagen 4: Reconocimiento a Esquizander Benítez por su apoyo a la enseñanza en la provincia Matanzas.

 

La situación del país y la precariedad de los profesores en Cuba comenzaron a generarle dudas a Benítez, las cuales no tenían respuestas en los canales oficiales.

 

“Sentí necesidad de acercarme a la oposición. Tenía mucho descontento con mi vida profesional, no veía que fuera a lograr ninguna de mis metas trabajando tanto y en vano. Estaba cansado de escuchar mentiras acerca de una realidad que sufría y no veía manera de adaptarme a una vida de tanto miedo para hablar, para exigir. Conversé con mi padrastro, Manuel Martínez León, miembro del partido opositor Cuba Independiente y Democrática, acerca de mi interés por conocer sobre la oposición. Después de hablar conmigo me dijo que fuera a visitar a José Daniel Ferrer García”, contó el profesor al Observatorio de Libertad Académica.

José Daniel Ferrer es el líder de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y por esa época ya era uno de los principales focos de ataque de la propaganda estatal contra la oposición interna en el país.

 

En abril de 2013, Ferrer recibió en su casa, durante la noche, a Benítez junto a otro profesor de la especialidad de inglés que lo acompañó.

 

“Ambos fuimos hasta su casa y allí nos topamos con la hospitalidad y la atención de decenas de personas que iban a hacer denuncias, a escuchar a José Daniel, a ver los materiales de UNPACU. Después de todo lo que escuchamos y vimos estábamos claros de que debíamos formar parte de esa organización”.

 

La vivienda de José Daniel Ferrer era vigilada permanentemente por la Seguridad del Estado, por lo que apenas Benítez regresó a Matanzas, le prohibieron incorporarse a su puesto de trabajo en la Secundaria Básica Antonio Guiteras Holmes. El hecho sucedió el 30 de abril de 2013.

“Apenas me dejaron poner un pie en la escuela. Cuando iba a subir los escalones de la entrada, la custodio del centro, con quién me llevaba bien y jamás habíamos tenido desacuerdos, me dijo: ‘Profesor Esquizander, por favor no pienses que es cosa mía, pero me dijeron que estaba en riesgo mi trabajo si te dejaba pasar de la puerta hacia adentro’. Me preguntó ‘¿Qué fue lo que hiciste? No entiendo por qué me han pedido eso con tanta seriedad’. Me dijo que tenía que ir a la Dirección Municipal de Educación, que allí me estaban esperando”, recuerda el profesor.

 

En este lugar fue atendido por una funcionaria que desde que entró le dijo que su contrato se había finalizado y que ya no trabajaría más en Matanzas.

 

“No me dijeron el motivo de la expulsión, no me hicieron preguntas, no me dieron tampoco la oportunidad de defenderme, ni hubo directora o jefa de grado o claustro de profesores para debatir lo ocurrido. Todo muy enigmático, pero sí estaba claro de que no volvería a ejercer”, cuenta Benítez.

El profesor exigió con insistencia que le entregaran su expediente laboral, ya que la persona se mostró reticente a dárselo. En el mismo solo escribieron “Fin del Contrato”, formalizando así una expulsión que en la práctica constituía un veto político dentro del sistema de enseñanza cubano, simplemente por realizar una visita a un miembro de la oposición.

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