Erasmo Calzadilla Rodríguez
Erasmo Calzadilla Rodríguez se graduó del Instituto de Farmacia y Alimentos (IFAL) de la Universidad de la Habana en 1999. Su interés por las ciencias sociales le hizo reorientar su perfil académico hacia la filosofía, cursando varios posgrados, iniciando líneas investigativas en esta vertiente y especializándose en asignaturas afines. En 2008, siendo parte del claustro del departamento de Ciencias Sociales del Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (InSTEC), el profesor solía efectuar tertulias con los estudiantes universitarios y profesores de varios centros de estudios. Dichos encuentros se llevaban a cabo en un espacio de respeto a la libertad de expresión donde se analizaban temas de actualidad, relacionados con el devenir del marxismo, la izquierda internacional y el contexto sociopolítico nacional.
En 2009, el profesor Erasmo es citado verbalmente para una reunión en el teatro del InSTEC. Al concurrir a la cita fue sometido a un juicio político dirigido por el rector Fernando Guzmán Martínez y con la participación del claustro, y varios dirigentes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU); el objetivo era analizar ideológicamente los debates y ordenar al profesor que suspendiera inmediatamente los mismos. Erasmo Calzadilla, se negó rotundamente alegando su derecho a la libertad de expresión y que solo se detendría si se le expulsaba del centro. Así, fue citado nuevamente a una reunión con el rector y el vicedecano de la facultad de Meteorología, Mario Bello Hernández, donde se le conminó a firmar su baja voluntariamente o sería marginado para siempre de la educación superior. En esta ocasión el rector le acusó, informalmente, de que en estos debates se promovían los “derechos humanos” y el “Proyecto Varela”. El profesor se negó a firmar su baja y quedó desde ese momento expulsado de facto del centro de estudios.
Erasmo Calzadilla trató de organizar su defensa y recoger las evidencias necesarias para presentar su caso ante el Órgano de Justicia Laboral de Base; varios estudiantes se ofrecieron a apoyarlo y recogieron firmas en respaldo al profesor, pero cuando estaba en plena faena fue sacado por la fuerza del campus por órdenes del rector. Antes del juicio se le acercó el presidente del tribunal del Órgano de Justicia Laboral de Base quien le notificó que no solo se le acusaba de ser un “contrarrevolucionario” sino de sostener relaciones amorosas con alumnas y acceder a áreas prohibidas del centro. En el juicio desaparecieron esas causales y fue hallado culpable de violar el reglamento docente metodológico sin evidencias; tras presentar apelación al Tribunal Municipal Popular la sentencia fue ratificada, ambos procesos carecieron de evidencias incriminatorias y se ignoraron todas las pruebas presentadas por alumnos y reconocidos intelectuales en su defensa. Pese a la obvia manipulación política logró interponer recurso de Casación ante el Tribunal Supremo que, en 2010, ratificó una vez más la expulsión, con lo cual quedaba concluida su carrera académica.
